Tras debatirlo y meditarlo con detenimiento, Makarov Dreyar llega a una conclusión: tanto los miembros del gremio como él necesitan unas vacaciones.
Isyer, una conocida estancia vacacional que cuenta con todo tipo de lujos, será su destino. Sin emba...
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Heartfilia llevaba varios minutos caminando sin rumbo. ¿Dónde se suponía que quedaba su habitación? Las habitaciones de sus amigos no estaban demasiado lejos de la recepción, por otra parte, la suya era de las últimas. Volvió a mirar el pequeño trozo de pergamino que Erza le entregó: "Habitación 520". Suspiró con pesadez, paseando su mirada por las múltiples habitaciones; si no recordaba mal, Yukino se hospedaba en la 518. Resultaba un alivio tener a una amiga cerca. Visualizó la habitación de Agria y, justo en frente de ésta, se encontraba la que le habían asignado. Habitación 520. Nuevamente, observó el papel y la placa que había en la puerta, asegurándose de no haber cometido un error. Tras esto, llevó su diestra al pomo y comenzó a girarlo con lentitud, un tanto nerviosa por conocer a su compañero o compañera de habitación.
Nada más abrir la puerta y comenzar a caminar, chocó con su supuesto compañero. Se llevó una mano a la cabeza y elevó la mirada, encontrándose con el maestro de Sabertooth.
—¡Sting!
—¿Lucy? ¿Qué haces aquí? —inquirió, dejando reposar su espalda sobre el marco de la puerta.
La maga celestial, a modo de respuesta, le mostró el trozo de pergamino en el que se encontraba su número de habitación. El blondo lo observó durante varios segundos y curvó sus labios en una sonrisa.
—¡Eres mi compañera! —afirmó, haciendo que la rubia asintiera con la cabeza—. Nunca me lo hubiera esperado. ¡Pasa, pasa! —se hizo a un lado, invitándola a entrar.
—Si te soy sincera, estaba aterrada —reconoció la fémina mientras entraba a la habitación.
—¿Aterrada? —el blondo emitió una carcajada—. ¡No te podría haber tocado con alguien mejor que yo!
Lucy arqueó una ceja ante el ego ajeno, aunque no comentó nada al respecto.
—Oye, ¿dónde puedo dejar la maleta?
—¿Todavía no le has hecho un tour a nuestra invitada? ¡Eres un maleducado, Sting! —un pequeño exceed de pelaje rojizo apareció.
El mago de Sabertooth bufó y se cruzó de brazos. Por su parte, Heartfilia se colocó de cuclillas y observó al recién llegado con ternura, sonriente.
—Hola, Lector. ¿Qué te parece si pasamos de él... —señaló al blondo con el pulgar para, después, continuar—... y me haces tú el tour?
—¡Claro, señorita Lucy! ¡Sígame!
La maga celestial rió ante la actitud del exceed y caminó tras él. Sting se limitó a seguirles en completo silencio, observando a Lector con desagrado debido a que él quería enseñarle el lugar a su, ahora, compañera.
En cuanto a la habitación, se trataba de una pieza bastante amplia cuyas paredes estaban coloreadas de blanco, aunque los cuadros colgados le daban un toque elegante. Además, constaba de tres partes: la primera parecía una especie de pequeño comedor que, además, contaba con un sofá rinconera de tela; la segunda era una habitación en la que había una enorme cama de matrimonio, aquello tendría que debatirlo con el joven; finalmente, la tercera parte consistía en una pequeña terraza que daba vistas a la ciudad. En ella, se podía apreciar una hamaca, una mesa y sillas de madera y un pequeño sofá. A todo esto había que sumarle algunos cuartos extras como, por ejemplo, el baño.
