Sin Nombre | [Fargexby]

🦉03🦉

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Duró alrededor de 3 días en llegar a su destino, le tocó acampar bajo las estrellas con plena tormenta en el exterior, esa cálida brisa le recordaba a esos jueves de lluvia en la comisaria cuando se acurrucaba en una manta mientras trabajaba.

Ó a esas noches de reflexión que subía al techo directo a la cúpula que le creo a su chimpace Harambi a mirar las estrellas con él ligero rocío de la lluvio caer sibre su rostro.

Luego, recorrió un inmenso valle de vapor que mostraba en el aire figuras descriptivas que te indicaran a tú destinado.

Alex era el tipo de persona que no creía en lo destinado, sin embargo, los dioses de Karmaland más de una vez le repitieron que su destinado o destinados aparecerian en cuanto menos lo imagines, incluso hay metodos para saber quién es.

Solo que perdió el interes cuando dos chicas lo rechazaron y justo, la tercera lo negó porque notó cambios en su orientación sexual.

Estaba perdido en la marea de su pensamiento cuando piso uno de los craters de vapor que lo empujo al otro lado del valle soltando un ligero quejido, eso fue demasiado hijo de madre.

¿Porque el destino lo odiaba tanto?

Iba a gritarle al vapor estupidamente, hasta percatarse en su vista de una figura algo peculiar, justamente era una varita magica que juraba que solo tenían los magos experimentados.

¿Esa nube se rompió?

—¿Eres idiota? ¿Como una nube se rompe?—Se recrimino dandose un golpe en la frente observando nuevamente la figura.

Entonces, su destinado era un mago o era fanatico de Harry Potter.

—Seguramente, sea mago—Musito dandole un último vistazo tras acomodar sus prendas.

Siguió su ruta tranquilamente durante ese día llegando a la puerta de una potente barrera que iluminaba conjunto a un cartel de peligro en la entrada, seguramente ese sea el pueblo maldito.

Alex movio de un lado a otro su cuello para colocar su mano en la cúpula magica que misteriosamente, abrió un hueco hacía el interior iluminandole en un cartel "Bienvenido, guerrero Alexby" dandole pase a continuar.

Quedo unos segundos estupefacto ante la amplitud de ese lugar permitiendo deleitarse de un amplio lago a mitad de la nada que guardaba en el medio una enorme torre olvidada junto a una torre más alta flotante que debía ser el reino de la diosa con la que debía conversar.

Ansioso, sujeto la correa de su morral adentrandose a ese bosque que abría paso al lago para pararse en seco justo a su orilla, dejo llevar sus sentidos cerrando profundamente sus ojos para inhalar ese aire puro fuera de gritos.

Le encantaría ese agradable silencio.

Ese pacifico momento acabo rápido, cuando un rayo cayó encima de él teletransportandolo a la cima mas alta de la torre flotante.

Aquel golpe por la caída lo dejo aturdido durante unos segundos tras elevar su quijada al frente mientras sostenia su cabeza observando a una chica rubia de ojos morados sonreirle con delicadeza ofreciendole una mano para ayudarle.

—Lo lamento mucho, Alex. No fue mi intensión traerte tan arruptamente—Se disculpo la rubia ayudando al azabache a levantarse.

—No se preocupe, diosa—Murmuro haciendo una reverencia.

La ojimorada sonrió.

—Cuando estemos a solas, llamame Sofía. Mientras, estes con tus protegidos sigueles el juego. Ellos no saben que a sus mentores les trató bien—Aseveró Sofía.