No es como si llevara un conteo exacto y preciso de la cantidad de tiempo que había pasado, pero durante los siguientes diez días, ocho horas y veinticinco minutos desde su último encuentro, Draco Malfoy se había dedicado con suma devoción a ignorar y evitar a Harry.Por supuesto, quien llevaba este monitoreo del tiempo que llevaban lejos y sin mayor contacto que verse en algunas clases, era Draco.
Quería de alguna manera la seguridad de cuánto tiempo podría mantenerlo alejado, pero en su interior, también lamentaba cada uno de esos minutos desperdiciados, pero eso era algo que jamás admitiría.No comprendía qué se supone que pasaba con San Potter.
Entendía su enemistad inicial, dada la origen de cada uno, sus crianzas y formas de ser. Cada uno tenía un bando y un rol que cumplir, eso era algo totalmente lógico.Pero de pronto, su mirada había cambiado, el muy idiota le sonreía como si fuera su amigo, se había atrevido a hablarle, a pedirle su amistad.
Era tratado con calidez y compañerismo. Su mente estaba completamente hecha un caos.No sabía con qué Harry Potter se encontraria cada vez que lo cruzara. En la cabaña de Hagrid había sido tan tosco, y luego tan amable, tan lejano para después ir corriendo tras de él, tan sensible y cercano.
No comprendía en absoluto qué mierdas estaba pasando con el cuatro ojos, qué lo llevaba a comportarse tan errático, tan extraño.Y lo cierto es que le importaría muy poco o quizá nada si en esos momentos de cercanía que buscaba no lo perturbara tanto.
Esas muestras de cariño fugaces lo inquietaban y dejaban pensando el resto del día, lo mantenía distraído pensando en él y le molestaba demasiado para su gusto.No comprendía qué se suponía que debía hacer, pero Potter se mostraba muy feliz cuando le permitía acercarse a él, como un tonto cachorro al que le acariciaban la barriga.
E intentaba definir si le molestaba más ceder ante sus miradas de súplica, o si era peor esa calidez y... Ternura... Que se gestaba en su pecho cada vez que lo dejaba salirse con la suya.
Lo que fuera que tramaba ese cuatro ojos no podía ser nada confiable, no debía volver a bajar la guardia, pero quizá, y sólo quizás por la curiosidad de saber qué planeaba, le seguiría el juego un poco más.Pero sólo por eso, no había ningún otro motivo por el cual acceder a ser amistoso con Potter.
— ¿Menos enemigos, es un título que te pone así de feliz?—preguntó Ron con genuina intriga.No comprendía en absoluto a su amigo.
— Lo sé, es extraño ¿Verdad? Pero aceptó que hay algo entre nosotros—concluyó con el razonamiento más irracional que habían oído de su boca vez alguna.
— Pero lleva casi dos semanas evitando encontrarte, Harry ¿Por qué estás tan seguro?—quiso saber Hermione, mientras dejaba por unos instantes el libro que estaba leyendo.
La risa divertida y relajada que soltó el azabache los desconcertó aún más a los otros dos magos que lo acompañaban.
— Porque no somos amigos, somos menos enemigos—remarcó Potter como si esa frase tuviera toda la razón y el sentido necesario para calmar las dudas.
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10 Besos para enamorar a un Slytherin. |Drarry +18|
FanfictionHarry Potter, un joven de 17 años, quien batalló conta Lord Voldemort reiteradas veces, hasta finalmente poder derrotarlo con ayuda de sus amigos. Un muchacho que tuvo la valentía digna de un Gryffindor para afrontar todas las adversidades que se le...