𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐚𝐬𝐭 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐫𝐞𝐥𝐥【Español】

𝟬𝟮𝟳.༄ ‧

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Más tarde esa noche, Jasmine y Sirius se aparecieron en Grimmauld Place por Euphemia. Ambos vestían sus mejores túnicas. Sirius, por supuesto, jugueteaba con el cuello de su camisa. Había estado paseando por la mansión Potter durante las últimas dos horas ideando ridículos planes de escape. Jasmine entendió de dónde venían su estrés y ansiedad. Esta iba a ser la primera vez que estaba en presencia de su familia desde su prematura partida el verano pasado. Jasmine simplemente no era fanática de su descarado pesimismo. Se había asegurado de que no hubiera posibilidad de que la lastimaran antes de venir. El padre de Sirius había jurado que no les pasaría nada a ninguno de los dos. Si se retractaba de su palabra, bueno, la magia lo alcanzaría muy rápidamente.

Euphemia golpeó su mano lejos de su cuello por sexta vez esa noche mientras se acercaban a la puerta. 

- Compórtate esta noche, Sirius. Jasmine, confío en que lo mantengas vigilado - les dijo Euphemia, con voz severa, pero burlona antes de desaparecer. Esto los dejó a los dos en la calle mirando la casa adosada. Jasmine podía oír algo de música clásica sangrando por debajo de la puerta. Ninguno quería moverse realmente. Jasmine esperaba que Sirius le pusiera los nervios de punta, pero le estaba resultando difícil superarlos.

Hasta aquí el coraje de Gryffindor ...

- ¿Y si intentan matarnos? ¿Y si todo lo que mi padre me ha estado diciendo durante el último mes y medio fuera una mentira? - Sirius preguntó antes de que Jasmine pudiera tocar, sus nudillos a menos de un centímetro de la puerta.

Ella había estado tan cerca.

Jasmine cruzó los brazos sobre el pecho, mientras el jade con cordones y el dobladillo color carbón de su túnica captaban la luz de la lámpara del techo. Esto se estaba volviendo ridículo. Aquí solo podía Sirius hacer las mismas preguntas tantas veces antes de cansarse de complacerlo y esto había estado sucediendo toda la noche. 

- Entonces me batiré en duelo con todos y los mataré - respondió mientras se abría paso en la puerta antes de que Sirius pudiera detener más esta confrontación.

Kreacher los saludó, burlándose de Sirius, solo de una manera que Kreacher sabía cómo hacer. 

- El Maestro Black está en casa y ha traído ... asqueroso-

- Ya es suficiente, Kreacher - espetó una voz aguda de mando desde un poco más allá de la entrada. Sirius se tensó un poco y Jasmine le puso una mano en el brazo, recordándole que no estaba solo.

Entraron sin más demora y se encontraron cara a cara con Orión Black, bueno, Jasmine asumió que era Orión. Se parecía demasiado a Sirius para que fuera uno de sus tíos o tías ... y de nuevo con toda la endogamia ...

- Hola, padre - saludó Sirius, con la cabeza ligeramente inclinada, como se esperaba cuando un heredero regresó a casa después de un largo viaje.

Orión no era tan feo como Jasmine había imaginado como Harriet. Ciertamente se veía lo suficientemente real como para ser un purasangre y era obvio de dónde había sacado su amiga su estructura ósea y su cuerpo. Sirius siempre lo había pintado como una especie de tirano desfigurado, pero de nuevo, se sabía que su padrino... embellecía.

- ¿Me presentarías a tu compañero?

Uf, etiqueta.