Uno de los secretos peor guardados del gobierno de Orfeo era el trato que se les daba a los enemigos, a los que el gobierno llamaba enemigos. Todos los Lawless que eran atrapados, acababan eliminados, ya fuera de inmediato o después de ciertas torturas con las que intentaban sonsacarles información sobre el paradero de otros como ellos. A nadie le parecía mal, al menos a nadie que se atreviera a quejarse en voz alta. Se lo merecían por traicionar al planeta, así que el hecho de que se hablara de ello abiertamente no suponía ningún tipo de problema porque no se hacía de forma despectiva, la mayoría, de hecho, lo alababa.
Sin embargo, la gente no quería saber cómo ocurría todo eso, como se les ejecutaba y torturaba. Querían saber los resultados, no el proceso, pues entre los Royal no había demasiados que toleraran la sangre ya que no estaban acostumbrados a ella. Esto quería decir que eran los soldados de Orfeo los encargados de llevar a cabo estas tareas, los Humble entrenados para odiar a los suyos desde nada más nacer.
Por la misma razón por la que la gente no quería saber cómo se trataba a los enemigos del planeta, tampoco querían saber que ocurría con los Humble que desaparecían sin motivo aparente. Los niños vendidos al gobierno por un par de bombonas de oxígeno y que pasaban por el proceso de entrenamiento y programación para convertirse en soldados. Sí existían cuentos de miedo que narraban lo que se creía que les hacían. Desde experimentos genéticos, hasta intercambios de cerebros por el de animales salvajes, nada realmente creíble. Pero era más un juego de niños que intentos reales por saber la verdad. Esta verdad era bastante más blanca que lo que la gente podría esperar, lo único que los niños recibían era educación, una educación orientada para que creyesen en el bien y el mal que le interesaba al gobierno, pero nada más que eso.
Pero esa no era la única programación que se llevaba a cabo en los complejos militares que el gobierno tenía por todo el planeta. Algunos de los hombres capturados por los soldados de Orfeo, eran demasiado importantes para simplemente hacerles desaparecer. A estos se les llevaban a Ciudad Central. Allí pasaban por un proceso que sí, igual que el hecho de que existían Royal de alto nivel estaban comenzaban a apoyar la causa Lawless, era un secreto bien guardado.
Novak Leko, por supuesto, fue uno de estos Royal, y una vez que se atrevió a hacer lo que otros compañeros no, luchar contra el gobierno en vez de simplemente hablar mal de él, se ganó un puesto para el proceso al que le llevaron nada más capturarle.
El proceso era una reprogramación en la que eran capaz de manipular la mente de aquellos que dejaban de creer lo establecido, a base de torturarles haciéndoles ver sus peores temores como si realmente estuvieran ocurriendo. Enterarse de que el gobierno usaba ese método de control, fue lo que había hecho que Novak se alzara contra los suyos. Así que cuando le llevaron esposado a la sala donde estaba la máquina, vio por primera vez la silla donde les enchufaban cables directamente al cerebro y entendió que él iba a ser el siguiente en sufrirlo, no pudo evitar sonreír al ver la ironía de la situación.
–Sabes que tú también acabarás aquí en cuanto te dé por quejarte de la comida –bromeó el Lawless–, ¿Verdad?
–No me hace ni pizca de gracia, Novak, esto no tenía que haber pasado así.
–Pues yo creo que era la única manera. Quizás veas lo que yo veo, ahora que vas a modificar la mente de tu hermano.
Vasek Leko, hermano de Novak, tenía la misma edad que él, pero era en lo único que se parecían. El primero era bastante corpulento, medía casi diez centímetros más que su hermano, y tenía una larga y cuidada melena canosa que llevaba sujeta en una coleta que le llegaba hasta la mitad de la espalda. No había nada que indicara que eran parientes, pero eso no era tan extraño porque en realidad Novak y Vasek no eran hermanos biológicos. Vasek había sido adoptado por la familia Leko nada más nacer, una de las familias primigenias de Orfeo, y pese a que los dos eran conscientes de este hecho, incluso después de todo lo que había hecho Novak contra el gobierno, seguían considerándose hermanos y sabían que nada cambiaría eso.
YOU ARE READING
Hipoxia - Parte I (El pueblo)
Science-FictionPrimera parte de la historia de Orfeo, un planeta en el que el oxígeno es un bien preciado que se a de ganar y la diferencia entre las dos clases sociales que lo habitan ha crecido tanto que se ha hecho insalvable. Cuando las libertades comienzan a...