Doubt - Volkabo

013.

"¡Gustabo, espera!" el peligris bajó de aquel vehículo, tropezándose con sus propias piernas y corriendo hacia el rubio, que esperaba a unos pocos metros de la entrada de su casa. 

Se detuvo a unos centímetros, manteniendo su mirada fija en el chico de ojos celestes claros y pestañas largas que estaba a su lado. Las facciones de Volkov eran mucho mas relajadas que aquellas que mantuvo en el camino a la casa y, en un rápido pero delicado movimiento, lo atrajo hasta su pecho, brindándole aquella calidez que pocas veces demostraba. Gustabo había conseguido algo que hace mucho tiempo no creía entender, su preocupación por él era igual que el cariño que le tenía. El rubio agradeció aquel gesto, devolviéndole el abrazo, acariciando lentamente su espalda y apoyando su mentón en el hombro del contrario. 

"Quédate aquí, ¿quieres?" habló Gustabo con tono nervioso, manteniendo aquel apoyo en su hombro. 

"Vale, me quedo" asintió el de pelo gris claro sin dudarlo. Se distanciaron para subir entrar al apartamento, en un silencio cómodo en totalidad. Al subir, el platinado le ofreció alguna que otra bebida y comida que fue negada, ambos estaban muy cansados y necesitaban una cama donde apoyar la cabeza y relajarse. 

Con un movimiento, Gustabo dirigió al ruso hasta su habitación. Allí le ofreció una camisa suelta de algodón y se coloco una también, recostándose uno a cada lado de la cama, sintiendo la comodidad de la misma. 

"Ven" susurró Gustabo con las palabras temerosas esperando una respuesta, a lo que el contrario asintió, atrayendo su cuerpo y hundiendo la cabeza en su pecho. La respiración de ambos era tranquila, acompañada de suaves caricias en la tersa piel del rubio y mostrando ampliamente sus sentimientos, sin ningún tipo de barrera o miedo. 

Bajo pequeñas muestras de cariño y las altas horas de la noche cayeron dormidos, sin nadie que los interrumpa y acompañados del calor natural que sus cuerpos soltaban.