Doubt - Volkabo

014.

"Toma, lleva esto a la terraza y luego te doy lo demás" exclamó Gustabo, dándole una bandeja con diferentes embutidos y una canasta llena de pan en rodajas. Esta noche habían decidido comer en el apartamento del ruso, mas bien al aire libre, en su terraza. Era una cálida noche de otoño, sin ninguna nube pintando el cielo, haciendo que la luna brille de forma escandalosa. 

Volkov dirigió su paso hacia la cocina de nuevo, el ambiente era cómodo, no invadían su espacio personal de forma repetitiva y les agradaba estar en compañía el uno con el otro, cosa que aún mantenían en secreto para los demás miembros del CNI. 

Parándose en medio de la sala, cogió una botella de vino y acompañó a Gustabo hacia el balcón, sentándose uno a cada lado de la redonda mesa, cubierta por un mantel liso y, sobre ella, la comida y copas. 

"Es una noche muy tranquila" dijo el rubio, cogiendo un trozo de queso y una rodaja de pan, llevándoselo a la boca mientras observaba la gran ciudad bajo suyo. El contrario asintió, pensando tranquilamente que palabras utilizar. 

"Sabes, Gustabo, este ultimo tiempo ha sido muy especial para mí - hizo una breve pausa, el contrario escuchaba atento las palabras que salían de su boca - hace un poco menos de seis meses me sentía completamente solo, no tenía un rumbo y ahora estoy aquí, contigo, una persona totalmente diferente a la que me imaginaba y estoy - se detuvo - ¿bien?"

"Son tiempos calmados, somos personas diferentes. De verdad agradezco que no me trates como aquel bicho raro que te lastimo - Gustabo corrió su mano por encima de la mesa, tomando temerosamente la mano del contrario, entrelazando sus finos dedos y uniéndolos en un cálido tacto - tu sabes el cariño que te tengo".

"Lo se, y esa es la primera razón por la que quería decirte todo esto. Sabes que no somos de estas cosas pero hoy lo sentí necesario". 

[...]

Gustabo se dirigía hacia la habitación del contrario, sujetando la mano de este levemente. Al llegar lo sujeto de los hombros, mirándolo fijamente y acercándose a su rostro, capturando aquellos finos labios pálidos entre los suyos, acariciándolos y comenzando un vaivén que los volvía loco. Con sumo cuidado, Volkov acostó al rubio sobre aquella cama cubierta de sabanas grises, sin romper el beso que mantenían. Sus lenguas batallaban, buscando dominar al contrario en todo momento, liberando ligeros suspiros y friccionando sus entrepiernas en busca de algo mas. Gustabo se separó, obteniendo una mirada preocupada de la persona en frente suyo. 

"¿Estas seguro que quieres esto?" 

"Lo estoy, ¿y tú?" 

Sin esperar ninguna otra señal, el rubio atacó sus labios por segunda vez, siguiendo aquel juego que tenían y levantando sus caderas en busca de un roce mayor. Sus manos acariciaron el marcado torso del peligris, rosando por encima de la camisa sus pectorales y pechos, haciendo que el contrario comenzase a perder la poca cordura que le quedaba. 

Con sus agiles dedos logró desprender los botones, haciendo de estas caricias algo mas directo mientras que con su otra mano desprendía los botones del pantalón. 

Separándose del beso, cambió su posición, subiéndose al regazo del contrario y acariciando su entrepierna por encima de la tela de su bóxer, bajando su cabeza y dando leves lamidas, humedeciendo la tela y aumentando el tamaño de su miembro, sin dejar de verlo a los ojos. 

Volkov cerró los ojos, dejándose llevar por los toques del contrario y acariciando las finas hebras del rubio. Con esta acción entendió que ambos estaban preparados para dar el siguiente paso, Gustabo bajo el bóxer liberando el miembro del contrario que soltaba liquido pre-seminal que uso para lubricar la misma con su mano, comenzando un vaivén lento y marcado, de arriba a abajo, tortuoso para el contrario.