007.

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Las calles estaban tranquilas, ningún civil se veía por las calles y no habían nuevas alertas. Gustabo estacionó su patrulla en el estacionamiento de las oficinas, bajando del mismo y levantando la mirada posándola en el firmamento; las nubes se veían levemente rosadas avisando el amanecer y los pequeños chillidos de animales silvestres se oían lejanos. 

El turno nocturno era tranquilo y por eso le agradaba, estaba solo en la ciudad. Tomó un cigarro de su bolsillo trasero y lo fundió en sus labios, encendiéndolo y dándole una calada y apoyándose en aquel vehículo. Volvió a meter el torso por la ventanilla para tomar el frasco plástico que descansaba en el tablero, volviendo a su posición anterior.

Al terminar el cigarro tiro la colilla al suelo, pisándola, y se adentro a las oficinas con fin de coger sus cosas y partir camino a casa. Un ronquido suave le saco de sus pensamientos, automáticamente intento localizar de donde provenían y llego a la sala de reuniones. Allí estaba Volkov, con la cabeza apoyada encima de la mesa, un aspecto relajado, algo despeinado y con cientos de papeles a su alrededor. Con leves toques intentó despertarlo en un acto fallido, haciendo que su cabeza se acerque mas al contacto que le estaba brindando el rubio. 

"Vamos hombre, es tarde ya, vuelva a casa" susurró en un tono calmado. El contrario solo mostro un sonido de afirmación pero no se movió del lugar. Gustabo desde donde se encontraba podía visualizar sus largas pestañas, que a simple vista negras pero gracias a la cercanía eran grises en un tono oscuro y el leve aroma a tabaco que emanaba causándole un cosquilleo en la nuca, entrañándole. Unos toques mas bastaron para que despegara su cabeza de la mesa y lo observe, con el ceño fruncido. 

"¿Que hace aquí?" bajo la palidez de Gustabo se podía ver un color carmesí en sus mejillas que intentaba disimular.

"Son las cinco de la mañana, debe ir a casa y yo también - hizo una pausa, dubitativo - ¿Quiere que lo lleve?" habló rápidamente, el contrario con un movimiento de cabeza asintió sin pensárselo mucho. Ambos se subieron al vehículo de Gustabo, el ultimo condujo hasta la casa del ruso bajo las indicaciones que éste le había dando llegando finalmente al departamento, estacionando el coche.

"Vale" dijo esperando a que el contrario baje. El ruso se acerco lentamente a Gustabo con los ojos levemente cerrados y dejo un pequeño casto beso en la mejilla, bajándose del coche y saludando con la mano soltando un gracias casi imperceptible para el rubio, dejándolo plasmado y con el cuerpo caliente gracias a ese contacto inesperado por ambos. 

Doubt - VolkaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora