006.

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Los días pasaban rápidamente, todos sumamente tétricos. Gustabo se levantaba, preparaba un café y partía rumbo a las oficinas del FBI. Repetía los mismos ejercicios de todas las mañanas, tardes y noches ya que la ciudad estaba por demás tranquila.

Como todos los comienzos de semana, el de cabello rubio ingresaba a las oficinas de camino a la armería con un café en manos, lo deja descansando en una taquilla y coge sus armas reglamentarias. Dirigiéndose al garaje para tomar un patrulla y realizar su patrullaje correspondiente su radio chilló. Jack le informaba de una reunión en este edificio así que, largando un leve suspiro, dio la media vuelta dirigiéndose al segundo piso.

Todos los miembros del FBI, incluyendo a Viktor, se encontraban en la sala de reuniones compartiendo los datos reunidos y plasmándolos para llevar a cabo investigaciones. Gustabo entro y visualizó en el único lugar libre que quedaba, al lado derecho del comisario, que sin hacer mucho ruido tomó asiento. 

"Buen día, Gustabo" saludó Horacio enfrente suyo, a lo que solo se predispuso a mover la mano de lado a lado en señal de saludo.

"Bien, ahora que estamos todos" - Comenzó Conway su interminable charla, todos en esta sala sabíamos que ninguno estaba por voluntad propia pero de igual forma prestábamos atención, teníamos que aguantar. Una nueva banda, similar a la que terminamos en el pasado, llamada "Los Verdes" se estaba asentando en su barrio y civiles alarmados comunicaron que escuchaban múltiples disparos. 

La charla, si bien no se extendió por mucho mas tiempo contuvo mucha información. Ya cada uno se encontraba en lo suyo, patrullando o relatando informes. El peligris decidió quedarse en estas oficinas a realizar su labor ya que le inspiraban calma, contrario a las oficinas de la LSPD. 

Su vista se dispersó de los papeles, visualizando a Gustabo a su lado, con el seño fruncido pero completamente concentrado. Un cerrar de ojos acompañado de un quejido salió de sus labios. Volkov lo percibió y su instinto hizo que las palabras salgan de su boca sin antes plantearse nada. 

"¿Se encuentra bien, Gustabo?"

"Si, solo me duele un poco la cabeza, mucho curro"

"Entiendo, ¿quieres un medicamento? en la sala de armamentos hay botiqu-"

"Está bien, necesito despejarme un poco. Iré a patrullar, ¿Quieres venir?"

La idea de patrullar juntos a Gustabo no le disgustaba. Horacio le había recomendado compartir distintas actividades con el fin de que los trabajos a futuro no sean incomodos así que, con un tono nervioso soltó la propuesta. 

Volkov mentiría si estas palabras no resultaron extrañas pero Gustabo seguía siendo él, con esa simpatía característica de sus orígenes en la ciudad y el tono amigable que utilizaba para poder tener una fluidez. Su cabeza peleaba entre un si y un no. Tenia miedo, no mentiría al decir que compartir un patrullaje con esa persona lo hacía sentir levemente inseguro pero, acompañado de su arma reglamentaria aceptó. 


El servicio iba correctamente, de atracos a robos de vehículos o peleas en el Yellow Jack la noche estaba llegando, el sol se escondía lentamente en horizonte tornando el cielo de un naranja absoluto. 

Los ojos celestes del contrario se veían potentemente mas claros, las pestañas formaban una tenue sombra que descansaba en sus mejillas y su perfil estaba siendo delimitado con el fondo de la playa. Gustabo conducía aquel patrulla de camino a la comisaría, la jornada de ambos había concluido pero antes harían una pequeña parada en la playa, ya que los dos sujetos coincidieron, gracias a la insistencia reciproca por una buena comunicación, en aquella admiración por los atardeceres, especialmente de otoño que teñían todo de un viento cálido, tirando a frío, con una puesta de sol tranquila.

Al llegar al arenal que limitaba la ciudad de los santos, decidieron descansar sus espaldas en la baranda del frio metal y admirar en un silencio bastante cómodo como el sol se ocultaba. 

"Sabe que, hoy al iniciar el día no creía estar aquí y ahora, mucho menos con usted"

"Digo lo mismo, pero vea, pasamos un buen día, ¿Su dolor de cabeza sigue?"

"No, ya no. La rutina es cansadora, menos cuando no queremos estar aquí. Perdóneme" esa ultima frase salió rápidamente de los labios del rubio, la constante necesidad de aprobación y perdón que controlaba le jugaba difíciles partidas, repetidas veces se despertó de sueños, temblando y con el cuerpo sudado, con el tacto de aquella pistola y disparándole a la persona que tenia a su izquierda. 

"¿Cómo dice?"

"Perdóneme ya sabe, por todo yo- yo n-no recuerdo la mitad de las actitudes que tuve pero no soy así" las palabras salían a tropezones y sus ojos claros se aguaban.

"Lo entiendo - dijo rompiendo el espacio personal de Gustabo, acariciando suavemente, casi imperceptible, su espalda a lo que el ojiazul captó como una señal de apoyo - me cuesta un poco hacer como si nada pasó pero también sepa que no fueron tiempos fáciles" el tono de Viktor era suave al igual que sus caricias, él era consiente que esta situación era un tanto intima para estar teniéndola en medio del Pierre de la ciudad, cualquier persona podría pasar por allí y verlos. "Volvamos al vehículo" miro hacia el horizonte, el sol ya no estaba y el cielo era de un celeste oscuro, el viento comenzaba a hacerse mas notorio. 

Ambos entraron al patrulla, Gustabo paso sus manos torpemente por sus ojos, quitando cualquier rastro que denote la debilidad que estos hayan derramado y arrancó, ahora si, de camino a comisaria.

Al llegar, Volkov giro su cuerpo en dirección al suyo "Vaya a casa, fue un día largo" soltó y bajo del vehículo. 

Doubt - VolkaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora