Doubt - Volkabo

009.

"Vamos a romper negociaciones" hablo con aquella grave voz Conway, comenzando la cuenta regresiva y alejándose de la puerta mientras los demás efectivos nos dispersamos por alrededores en busca de un posible tirador. Jackson, Conway y Brown se encargaban de vigilar la entrada a joyería mientras Volkov y yo caminábamos sigilosamente por las calles contiguas. 

"¿Donde cree que pueda estar?" espetó el de cabello gris dirigiéndome la mirada por encima de sus hombros. Con un movimiento de cabeza lado a lado le hice entender que no, no conocía esta nueva zona y tampoco lugares buenos donde un franco podría colocarse. 

"Vale, venga iremos a aquel edificio, creo saber donde esta". caminamos lento a un área colindante avisando a Jack. Un sonido lleno choco en el suelo, cerca de mis pies e hizo que los vellos de mi nuca se estremecieran. El tirador había intentado abatirme pero, sin lograr hacerme daño, revelo su posición. No tardamos mucho tiempo en abatirlo y, como consecuencia, reducir a las personas dentro de la tienda fácilmente. Sin su cabecilla no eran nadie. El atraco fue un éxito para nosotros, aquellos delincuentes estaban siendo curados por los paramédicos y en poco tiempo encarcelados con una pena mínima.

[...]

"Venga, unos meses en federal y luego podrás delinquir de nuevo" dije con animo cerrando la puerta del patrulla que conducía otro compañero para trasladar a aquel hombre. A lo lejos se encontraba el de pelo gris apoyado en la pared del estacionamiento. 

"¡Madre mía, que son todos estos antecedentes!" gritó Volkov viendo la PDA con cara de asombro, una pequeña risa salió de mi boca y al notarlo él giro aquella pantalla a mi dirección. Me acerqué ya que no lograba verlos desde la lejanía y, efectivamente, estábamos enfrente de un delincuente de alto calibre. 

Una vibración llego a mi espina dorsal mientras que los recuerdos de tarde anterior llegaron a mi mente y mi cara se percibía caliente, o al menos así lo sentía yo. 

"¿Sucede algo?" preguntó al notar los colores cálidos sobresalientes en mi palidez, acercándose. Aunque estábamos al aire libre me sentía sofocado. Volkov no lo hacia con doble intensión, estaba preocupado por mi cambio de actitud y yo no entendía porqué reaccionaba de tal forma. Yo no era esto, yo era el que hacia las cosas incomodas con fin de divertirme, el que acorralaba y ponía nervioso a extraños pero luego de aquellos años en el hospital estaba mucho mas cohibido. 

"N-no se preocupe" aquella fragancia de nuevo, colonia fina mezclada con olor a un tabaco liviano que me ponía los pelos de punta. En un intento de alejarme tropecé, quedando aun mas cerca y haciendo que mi nariz roce con su mejilla. Ninguno de los dos se movía en un intento de escapar pero, ¿por qué?

Tomando valor suficiente, recordando todos aquellos acercamientos que había tenido con mi ex superior tomé su mandíbula sin aplicar ningún tipo de presión, solo ayudando a dirigir su mirada hacia donde yo quería, mezclando nuestros aires calientes y rozando la punta de nuestras narices. 

"Gus-Gustabo que hace" tartamudeó. Solté su agarre pensando que se iría rápidamente pero no fue así, quedó estático en su lugar. Levantó su mano y la posicionó temeroso en mi nuca, evitando cualquier alejamiento y supe que quería esto, de alguna forma lo quería. Volví a mi anterior posición, conteniendo su mandíbula entre mis dedos y presionando con mi pulgar su barbilla, abriendo un poco su boca para juntar nuestros labios sin llegar a moverlos. 

Estuvimos así por varios segundos, tranquilizando la respiración de cada uno tras aquellos nuevos sentimientos hasta que tome la iniciativa de comenzar un lento vaivén, friccionando sus suaves y rosados labios contra los míos, ladeando un poco la cabeza. Una de sus manos estaba en mi nuca mientras que la otra descendía hacia mi cadera, acercándola hacia el y pegando su espalda a aquella fría y oscura pared. Estábamos a la vista de todos, cualquier oficial podría llegar y vernos pero no nos importaba mucho. 

Separándonos gracias a la falta de aire nos miramos y sin pensarlo demasiado volví a unir mis labios a los suyos, acariciando el inferior con mi lengua pidiéndole permiso a adentrar un poco mas con aquel apresurado beso. Sus caricias en mi cintura eran suaves, sin sobrepasar la confianza que nos brindábamos poco a poco. 

Una sirenas entraron en nuestra atmosfera, desubicándonos y tortuosamente separándonos y alejándonos lo mas rápido posible. Una pequeña erección era levemente visible, tenias que prestar muchísima atención ya que era tarde por la noche y la iluminación era escasa. Unas luces características azules y rojas llegaron a nuestro espacio bajando Conway junto a otro oficial, que nos miro con cara confusa pero sin detonar ninguna palabra.