Doubt - Volkabo

012.

La música estaba fuerte, una larga fija de luces se podían ver a lo largo de la pista de baile, sobre un gran grupo de personas debajo, bailando. Volkov se encontraba a mi lado, observando con discreción el tumulto de personas con un trago sin alcohol entre sus dedos porque, pesar de estar en una fiesta, este era nuestro trabajo y no podíamos permitirnos más. 

Se vista se fijó entre medio de las personas que estaban bailando, esta vez sin ser suficientemente disimulado y yo intente seguirle; al final, dos personas se encontraban hablando muy cerca e intercambiándose pequeñas bolsas de papel, descaradamente y en medio de todos. Las personas de alrededor parecían no notar aquel intercambio. Él giro su vista posándola sobre mis ojos, moviéndola la cabeza en dirección de manera insistente hacia mi, a lo que solo asentí y me acerqué a su oído.

"Pero disimula un poco" dije, separándome de su espacio y guiñándole el ojo derecho. 

"I-iré al baño" avisó, un tanto nervioso ante acercamiento imprevisto y levantándose de su asiento. Al fondo, bajo aquel parpadeante área, repleta de gente un sujeto dirigió la mirada hacía mí descaradamente. Sin quitarla avanzó hacia mi posición, parándose a mi lado.

"Buenas noches, lindo" dijo en un tono serio, con un dejo de seducción. 

"Hola" 

"¿Cómo te llamas?"

"¿Te importa?" ya no acostumbraba a estos actos, cuando era mas joven viajaba de bar en bar, buscando alguien para acostarme una noche y mantener la cabeza ocupada, pero ahora no me sentía cómodo con eso.

"Anda, dime — insistió, colocando su mano derecha en mi muslo — ¿estás solo?"

"No, mi no-novio esta — dudé de decir lo siguiente, no creía que fuese la mejor forma de evadir a la situación pero no tenia más — mi novio está justo allí — señalé a Volkov, que gracias al cielo salía del baño, mirándome de manera confusa y viendo el toque que el sujeto tenía sobre mi pierna, dirigiéndose rápidamente hacia mi con su mano derecha sobre su pistola, que descansaba bajo su chaqueta — mira, mi novio, ya nos debemos ir ¿no es así, Vaz?"

"Si claro, vamos" tomó mi mano, haciéndome levantar de aquel asiento y como consecuencia apartando aquella incomoda mano que lo unía de forma cercana a mi entrepierna. Hasta que el cuerpo de aquel sujeto se interpuso en nuestro camino.

"Vale, vamos a divertirnos el doble" su forma de hablar era irritante, no paraba de tener la mirada encima mío.

"Pero vamos a ver -— Viktor elevó la voz solo un poco, lo suficiente para que el hombre enfrente nuestro pueda escuchar pero manteniendo aquel característico tono frío — ya dijo que no, no insista y apártese" Volkov era visiblemente el mas alto de los tres, su figura se veía algo delgada pero su musculatura era notable a simple vista y, aunque no pareciese, imponía respeto. 

"Maricones de mierda" su miraba viajó de arriba a abajo sobre el cuerpo de mi compañero, éste tenia las facciones del rostro completamente fuera de sí y se lo notaba algo agitado. Sujeté con mayor fuerza su mano, reforzando el agarre y esquivando a la persona delante nuestra, logrando salir de aquel aturdidor establecimiento.

"Que gilipollas" soltó furioso.

"Ya, tranquilo — acaricié suavemente el torso de su mano con mis dedos, intentando chocar mi mirada con la suya, cosa que fue imposible ya que no paraba de mover su cabeza en busca de aquel hombre — volvamos a casa"

Subimos al vehículo sin mediar palabras, el camino fue silencioso y tranquilo por parte de ambos, sin llegar a ser incomodo. Eran altas horas de la madrugada, las calles estaban completamente vacías y luego de conducir unas cuantas cuadras, estacionó aquel mercedes fuera de mi casa.

"¿Qué sucede?" pregunté, algo preocupado. 

"Siento mucho rabia — suspiró fuerte — ese hombre aparece así, de la nada, tocándote, y luego quiere algo ¿con nosotros?" su voz salía rápidamente, podía sentir como sus palabras se tropezaban entre ellas junto al sabor amargo que nos dejo la situación.

"Es normal, supongo, ya me había pasado en veces anteriores"

"No, no debería ser normal, eso está mal Gust-"

"Lo sé, pero por suerte llegaste a tiempo — me detuve, pensando con que palabras seguir sin ser demasiado arriesgado, sin mostrar mis sentimientos de una forma tan clara — gracias por eso, Volkov" me acerqué hacia su mejilla, depositando un pequeño y casto beso, casi inesperado, bajando de aquel coche. 

"¡Gustabo, espera!"