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Con Alba mi mundo era mucho más brillante. Era como un faro confeccionado hace tantos años que su fuerza estructural era un desafío constante a cualquier tempestad.

Su padre había escogido bien su nombre.

Ese fin de semana visité de su mano, lugares de New York que ni siquiera sabía que existían.
Me hizo un pequeño tour internacional culinario. Comida china, mexicana, hindú, cubana...

Paseamos frente a grandes pantallas y me retó a hacer allí, delante de todos los transeúntes, una coreografía que nos habíamos aprendido una tarde anaranjada en el cuarto que tenía en la casa familiar.

Risas, risas y más risas. Besos desde lo alto de su altura que se dignaban a bajarse para calentar mi barriga con brisas de otoño que me revolvían cada vez que ella me miraba.
Eso era amor.

Recordé de pronto en una sucesión de momentos fugaces, muchos de los momentos en que mi vida había parecido una película a su lado.

Los primeros besos en aquel trailer, en el que dormimos juntas por varios días antes de que mi moral de novia de otra le permitiese tocarme. Momentos, entonces, de cuando nuestras pieles no se conocían, y el placer era mucho más lento.

Sus cejas levantándose espantadas ante los comentarios de su tía, que no se cortaba ni un poco sacándonos detalles sucios y queriendo fortalecer lo nuestro.

Los gemidos a media voz en aquella esquina de la cocina donde Alba me cogía cada vez que estábamos en medio de una cena familiar -algo frecuente en casa de los Flores- y el sonido cómplice y morboso de las cucharas colgadas removiéndose mientras ella me amaba.

Las mañanas de melenas enredadas. Todas las veces que el sol tocó su cara primero que yo.

La vez en que la volví a ver por primera vez tras un mes entero estando lejos. Como se abrazó a mi espalda mientras el padre del cumpleañero hacía un pequeño discurso. Como levantó mi falda desde atrás, bien pegada a su cuerpo, para meterme unos dedos.

— Concéntrate en mirar al frente o todos sabrán lo que estamos haciendo— aun puedo sentir su voz lamiendo mi pelo.

Con ella había conocido al verdadero amor. Y no quería perderlo

Todo el amor que perdimos {Peaky blinders y Casa de Papel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora