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Omnisciente

Las ganas de seguir, en la casa Oliva eran fingidas, todos estaban cansados, la preocupación podía con ellos. Valentín había perdido las ganas de grabar o siquiera tocar la guitarra, su padre estaba ahí para el, cómo se debe, pero se notaba en su mirada que le dolía mirar a su único hijo y pensar que en algún momento no lo tendría más.
Dani se hacía presente todas las tardes en la puerta de su amigo, veían películas, hablaban cosas sin sentido, hasta se dio cuenta que podría darle una oportunidad a su compañero de trabajo, intentaban estar bien.

El morocho tampoco podía dejar de pensar en su chico de encantadores ojos azules, necesitaba verlo, hablarle , necesitaba darle la certeza que iba a permanecer con el hasta el final, que no lo juzgaba por no haber hablado, eso ahora era lo de menos, sólo quería volver a verlo, abrazarlo y calmar la preocupación de poder perderlo, estaba dispuesto a pedir disculpas, aún cuando no sabía bien, lo que había causado.

💛

-Podríamos hacerle más exámenes, tal vez el resultado cambie -Alejandro habló neutro, pero sus ojos rogaban a la mujer que tenía en frente.

La Doctora suspiro bajo, apoyando su cuerpo contra la baranda del porche. -Su cerebro ha empezado a contraerse...

-¿Qué hay con el estudio? -alzó un poco la voz, moviendo sus manos nervioso.

-Lo cancelaron Ale, -negó mordiendo su labio inferior -me entré ayer, no tienen fondos suficientes.

El mayor no podía entender, ¿acaso ya no había más que hacer?.

-Hice... hice todo lo que pude... -y una lágrima salió rozando su mejilla izquierda -desde que era muy chiquito, a pesar de que llorara e hiciera sus beriches, no lo dejaba salir... -no pudo evitar soltar un gemido bajo la mirada de su acompañante -nunca lo dejé ir a la plaza o a la playa, por más de que me rogara, todo lo que tenía derecho a hacer, cómo un niñito y cómo un adolescente, se lo negué. -un suspiro de haber sido derrotado, salió de su boca -¿Y para qué? ¿Para esto?

La mujer sólo negó, secando sus propias lágrimas y se acercó a Alejandro, sentándose junto a él.

-La XP... tiende a quitarle el gozo a la vida de los niños, sin embargo, en todos estos años tratando a Valentín, el nunca se quejó, siempre vio lo bueno y fue lo suficientemente positivo ante todo. -se atrevió a mirar de reojo al hombre y sonrió pequeño -Y la forma en la que habla de vos, realmente te adora tan abiertamente, no tiene vergüenza a expresar todo lo que siente por vos... -toco su hombro de forma amistosa -sos un buen padre, Ale.

Se miraron, los dos llorando, pero Alejandro debía ser fuerte.

-¿Cuánto le queda? -soltó sin más.

-No lo sé com exactitud. -y bajó su mirada.

Luego de un momento, los adultos se despidieron en el jardín, sin notar la mirada de un jovencito.

Valentín los vio desde su ventana.

Y los días seguían pasando, cenas en un ambiente triste, fingiendo estar bien y no pensar en lo que se venía. Valentín con sus citas al médico, en las cuales, en una de esas Dani se preocupó de sobre manera, cuando en la sala de espera vio a una chica temblar mientras sostenía una cartilla.

Por otra parte Mateo iba más de seguido a la pileta, de igual manera eso no evitaba que pensara en su chico constantemente.

Valentín.

Hoy no voy a dejar que suceda lo de todas las noches, hoy no quiero fingir estar bien. Hoy voy a estar bien, por mi papá.

-Hola hijo, -entró a la cocina directo a la heladera -tengo mucha hambre -se giró hacia mi, apoyándose en la isla, justo frente a mi computadora. -¿Pedimos pizza?

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2020 ⏰

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Amor A Medianoche -TruewosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora