Capítulo 0 " La mayor perfección del mal es parecer ser bueno"

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Kris y Tao estaban tumbados boca abajo sobre el techo del centro comercial  ABC Serrano de Madrid, esperaban a que le dieran luz verde para cumplir su misión e irse.

-Se están retrasando- exclamó irritado Tao, se quitó los lentes de aviador y extendió el brazo para tomar el termo de café que había comprado antes Kris.

-¡Te lo estas acabando!-protestó Kris- Se útil en algo Dolphin y pásame el leaper.

Tao lo miro irritado, se arrastró por la mochila y se la tiró a un lado.

-No soy tu criado-respondió acostándose nuevamente a su lado, saco una mira telescópica, se lo llevó al ojo y ajustó la claridad del lente para tener una mejor visión del blanco. 

-Dolphin nos dividiremos las zonas, tú la parte este y yo la oeste, cualquier anomalía dímela-ordenó Kris cambiándose al lado derecho de donde estaba Tao.

Ambos se concentraron en sus labores, entre ratos se turnaban para beber del termo o para señalar alguna actividad sospechosa, que resultaba ser falsa alarma.

Tao dejó el termo en el suelo por segunda vez y  volvió a su vigilancia. Las calles estaban abarrotadas de gente, lo cual hacía difícil distinguir y analizar a cada uno de los presentes. Gente entraba y salía del centro comercial, eso era lo que ocasionaba tener una misión en plena vísperas. El lento andar de una joven alta, de cabello rojizo, piel blanca y fundida en un abrigo de color verde  le llamó la atención. Tao juraba haberla visto antes, intentó recordar sin mucho éxito.

La joven se detuvo en el edificio de alado, abrió su bolso y saco un objeto rectangular de él. Un celular. Lo más seguro es que estuviese esperando a alguien.  Si él no se encontrara en estas circunstancias probablemente la invitaría a salir.

Tao desvió su atención de la joven y siguió examinando la parte este, asegurándose de que no había nada insólito concentró otra vez sus ojos en la joven. Ella había cambiado de posición, ahora se encontraba recargada de lado en la pared. Teniendo curiosidad de lo que escribía en el celular acercó más el lente del visor.

No había nada, la pantalla al parecer tenía una de esas micas anti-chismosos. Mala suerte para mí, se dijo a si mismo Tao.

Tao estaba a punto de rendirse y dejar de mirarla, ella probablemente tenía novio o algo parecido, era demasiado linda para no tenerlo.  Cuando casualmente un joven de cabello castaño se acercó a ella, la abrazó y si no fuera por una ventisca de aire frio que levantó parte del abrigo nunca se hubiera dado cuenta de lo que le estaba metiendo en el bolso. Tao se giró rápidamente.

-Kris- lo llamó.

Kris se acercó sigilosamente, miro en el visor y salió disparado a la puerta.

-Tao ve al cuartel y dale a KyungSoo nuestra ubicación- ordenó mientras cargaba el revólver  y tomaba una gladius de la mochila.

Tao no entendía lo que ocurría, se arrastró hasta la puerta y se paró como pudo.

-¡¿Por qué, que pasa?!- preguntó.

-No hay tiempo para explicaciones nos han traicionado- repuso Kris y se fue corriendo por la escaleras.

Tao no comprendía nada. Dejó sus dudas a un lado, recogió la mochila y bajó las escaleras que llevaban al último piso. Llamó al elevador y espero hasta que este llegara, se metió en él y mientras descendía intentó llamarle a KyungSoo, el segundo al mando.

Vamos, Vamos. El celular de KyungSoo lo mandaba a buzón, llamó al cuartel pero tampoco contestaba nadie, un nerviosismo inexplicable lo empezó a controlar, el elevador se abrió y salió de él.

El centro comercial estaba en su punto clímax, la gente no lo dejaba caminar por lo que le resultó difícil llegar a la entrada, tuvo que empujar a un tipo que no se movía y disculparse muchas veces por pisotones intencionados. Un mal presentimiento lo detuvo antes de salir a la calle, la joven estaba a metros de distancia, podría ver con sus propios ojos que era lo que pasaba. Aparte a lo mejor Kris necesitaba de su ayuda, tenía que ser útil para algo. Su mente empezó a bloquearse, era su primera misión y pasaba esto.  Él había sido entrenado para situaciones adversas y tenía que demostrar que era apto.

Sabía lo que tenía que hacer.

Se colgó la mochila al hombro y salió del edificio en busca del metro más cercano, a pesar de que cada musculo de su cuerpo se había puesto en tensión Tao se movía con agilidad y rapidez, bajó las escaleras que llevaban al metro y sin que los oficiales se dieran cuenta se saltó el cobra pasaje. Siguió caminando, bajó las escaleras eléctricas y se metió al primer  vagón que había llegado, se giró lentamente y de reojo vio a la mujer del abrigo verde que se apresuraba a bajar las escaleras eléctricas, estaba a punto de llegar al vagón pero las puertas  se cerraron, impidiéndoselo.

Sus ojos y los de ella se unieron, la joven sonrió y con la mano se despidió.  A Tao se le enchinó la piel pero aun así le sostuvo la mirada hasta el final.

La última parada era a Valdecarros, Tao reconoció el lugar al haber estudiado la zona y corrió hasta una privada de departamentos que se extendía a sus anchas cerca del municipio, tiró la mochila al otro lado de la barda, escaló y cayó de espaldas al pasto.

El guardia pasó y Tao se refugió dentro de uno de los departamentos. Ahí estaría a salvo mientras pensaba cuál sería su siguiente paso, lo que no sería necesario porque su celular vibró.


Te espero en el parque fuera de los departamentos.

Kris.


Tao se pasó una mano por la frente y le agradeció a los cielos. Tomó nuevamente la mochila, buscó la puerta trasera de la casa y  brincó la barda que se encontraba atrás de la vivienda.

El parque estaba vació, el sol empezaba a ocultarse en el cielo, ya no tenía que pensar en nada más, lo había hecho muy bien para ser su primera vez. Se adentró en el parque y tomó asiento en el banco de piedra, su cuerpo dolía, a esto se refería el entrenador Choi con que debía tener mayor resistencia para las misiones. Ese estúpido engreído al final había tenido razón, las miles de vueltas que lo había hecho dar valieron la pena, sonrió para sí mismo.

-Lo siento Tao- susurro una voz atrás de él.

Tao volteo y vio como esos ojos grandes y del color verde esmeralda  le regresaron la mirada. Contuvo el aire.

-Tú- exclamó antes de que la bala cruzara su cabeza.

No hubo dolor, solo un agujero negro y denso que lo jalaba hasta lo más profundo.

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HOLA LECTORAS, ESTA ES UNA NOVELA QUE ESCRIBÍ DESDE EL 2015. LA MANDE A BORRADOR Y HASTA HOY NO ME DIGNABA A SACAR DE NUEVO. ESPERO LES GUSTE. ESTARE SUBIENDO ACTUALIZACIONES SEGUIDAS. NOS ESTAMOS LEYENDO :)

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2022 ⏰

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