Capítulo 22

2.3K 246 33
                                    

"Creo que es el momento, estoy corriendo por la corona"
-Crown, Camila Cabello.

Saber que Myrle moriría en algún momento del año no me preparó en nada para cuándo el momento finalmente llegara.

No podía evitar la culpa dentro mío al pensar que talvez yo podría haber hecho algo para salvarla, podría haber noqueado a Tom incluso.

-No esperaba que esto sucediera-exclamó Tom observando el cuerpo-pero no puedo decir que esté decepcionado.
-¡La mataste!-exclamé horrorizada.
-En teoría, mi basilisco la mató-dijo con una sonrisa de orgullo que logró darme nauseas.
-Sigues siendo responsable-rodé los ojos.
-Debemos irnos-dijo-dejaremos que alguien mas la encuentre.
-No podemos solo dejarla-fruncí el seño.
-No deberíamos-se encogió de hombros-pero podemos.
-Eres insufrible-rodé los ojos.
-Y tú eres linda cuándo estas enojada-sonrío burlonamente.
-Vete al infierno-exclamé enojada antes de salir del baño.
-¿¡Aún no ha sido la segunda cita y ya quieres llevarme a tu casa!?-gritó a mis espaldas.

Caminé lo mas rápido que pude por los pasillos tratando de no cruzarme con algún prefecto o profesor. No estaba de humor para dar explicaciones, tampoco creía tener una buena excusa para dar.

Al entrar a la sala común vi a Walburga sentada en un sillón, su mirada estaba perdida en el libro que leía y creí que no me había escuchado entrar.

-¡Selena!-llamó cuándo empecé a acercarme a las escaleras.
-¿Si?-suspiré dándome vuelta.
-¿Podemos hablar?-hizo una mueca demostrando que estaba nerviosa.

No habíamos vuelto a hablar desde que volvió de sus vacaciones e hizo esa escena de celos por el hecho de que yo decidí quedarme en Hogwarts. Ninguna de las dos había hecho el esfuerzo por arreglar las cosas pese a los continuos intentos de Blair.

-Que sea rápido-me acerqué, no sintiéndome de humor para una larga conversación.
-Solo quería pedirte perdón-susurró-no tenía ningún derecho para tratarde esa forma, tienes razón de estar enojada conmigo.
-No estoy enojada-le dije en un tono suave.
-No te haz acercado a hablarme en meses.
-Yo no fui quien cometió el error-me encogí de hombros.
-¿Podemos dejarlo en el pasado?
-Esta bien-asentí-hablaremos mañana, ahora estoy ocupada.

Me levanté rápidamente, ignorandola cuándo volvió a llamarme y caminé hacia las escaleras que llevaban a las habitaciones masculinas.

-¡Estoy cansada de estar aquí!

Entré de golpe a la habitación de Timmy, minutos después de todo lo que había pasado y de haber salido corriendo, dejando a Tom en el pasillo.

-¿Que sucede ahora?-preguntó mi amigo en tono de cansancio, sentandose en la cama.
-Ocurrió esta noche, la muerte de Myrtle-caminé para estar frente a él.
-¿Cómo lo sabes?
-Yo estaba allí
-¿En el baño con Tom?
-Ese no es el punto-rodé los ojos-Tom ya es, oficialmente, un asesino. No hay nada que podamos hacer ya para ayudarlo.
-No te creo-rodó los ojos-y tampoco creo que tú creas eso.
-¿Podemos solo irnos de aquí? No tiene sentido que esperemos a fin de año.
-¿Realmente quieres eso?-frunció el seño confundido.

-No tienen otra opción, de hecho.

Ambos giramos sorprendidos ante el sonido de una nueva voz haciéndose presente en la habitación. De pie frente a nosotros estaba Caliban, el padre de Timmy.

-¿Que haces aquí?-se levantó mi amigo confundido-¿Y porque parece cómo si volvieras de la guerra?
-Porque lo hice-suspiró-Los reyes se revelaron.

El infierno estaba gobernado por varios reyes que se ocupaban de cada círculo y respondían a mi padre, quién era considerado el Rey de ellos.

Sabía que llevaban mucho tiempo inconformes con su forma de manejar las piezas, muchísimo mas después de que Timmy y yo viniéramos al mundo. Mi padre fue acusado de no ser responsable con su poder y casi enfrenta una rebelión.

Pero al parecer, una rebelión había ocurrido sin que lo sepamos.

-Logramos mantener el poder-se apresuró a aclarar-pero Lucifer ha muerto.

Dos muertes en el mismo día, tenía que enfrentarme a dos muertes en el mismo día. Una de ellas la del hombre que me había dado la vida.

Pensar en el invencible Satanás muerto era algo increíble, después de todo, ni siquiera el mismísimo Dios lo había vencido. No lograba creer que un par de demonios de menor categoría lograran acabar con él.

Pero de la misma forma nadie lograría creer que el apuesto y encantador Tom Riddle había asesinado a una alumna hace no mas de media hora.

Tuve que sentarme en la cama de Timmy y apretar mis manos rápidamente para no sacumbir a mis emociones y romper en llanto. Mi amigo se acercó a mi rápidamente al igual que su padre, el primero me rodeó en un abrazo mientras que el segundo se arrodilló frente a ambos.

-Sé que sientes muchas cosas ahora mismo-me dijo-pero este no es el momento de llorar.
-Mi padre acaba de morir-dije, mirándolo como si fuera estúpido.
-Si, el Rey de todo el inframundo acaba de morir y tú eres su única heredera.

Sabía lo que significaba y sabía que el momento llegaría, pero esperaba que pasara mucho tiempo antes de eso.

La presión que acaba de recaer sobre mis hombros comenzó a asfixiarme y tuve que alejarme de ellos para no tener un ataque de pánico en ese mismo momento.

Había pasado tanto tiempo tratando de escapar de la oscuridad a la que me sometía mi linaje, y ahora tendría que tirarme de cabeza a ella.

-Tienen que ir, ambos-dijo Caliban a mi espalda-Selena, es hora de que te conviertas en la reina del infierno.

DIABOLICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora