Capítulo 23

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"Soy demasiado ateo para rezar por mi vida"
-First Aid, Gus Dupperton.

En el infierno hace calor. Eso es todo lo que necesitan saber.

Timmy y yo llevabamos meses aquí, tratando de resolver el desastre que había tomado lugar después de la muerte de mi padre.

Teníamos ayuda, Calibán nos aconsejaba en todo, especialmente a mí y lo mismo hacía Lilith, a quien le daría la corona en mi cabeza con mucho gusto si lograra convencer a los demás reyes de su capacidad.

Lilith fue la primera mujer en ser creada, incluso antes de Eva, pero su ambición y el hecho de que se rehusaba a someterse a Adán hizo que Dios la desterrara del paraíso y la enviara a la tierra dónde conoció a mi padre.

Él la convirtió en un demonio y le dió el poder que ella quería. Es, de hecho, la única demonio mujer que existe además de mi, aunque yo lo sea una mitad.

"Extraño a Mione" interrumpió mis pensamientos Timmy.
"Te dije que vuelvas a casa con ella" lo miré.
"No quiero dejarte aquí sola" dijo decidido en sus palabras.

Desde que habíamos abandonado 1942 no habíamos vuelto a tener contacto con nadie que se considerara humano. Desgraciadamente, mi posición impedía que saliera del infierno por mucho tiempo y Timmy había jurado no irse de aquí sin mí.

"Yo podría cuidar de ella mientras tú vas a ver a tu novia" apareció Lilith, hablando y caminando suavemente como siempre.
"Tú no puedes cuidarla como yo" la miró como si fuera tonta.
"Yo puedo cuidarme sola" dije ofendida "Si puedo gobernar el infierno, puedo pasar unas horas sin tí"
"¿Segura?" preguntó dudoso.
"Claro que si" reí.

Timmy me dió un beso en la frente y luego salió rápidamente de la sala del trono, la emoción de ver a su novia era tan notoria que me daba risa.

"Apuesto que extrañas a tu novio" dijo Lilith sonriendo pícaramente y sentándose en un escalón frente a mí.
"¿Novio?"
"Lord Voldemort" respondió "O Tom Riddle, como lo conociste tú"
"Él no fue mi novio" aclaré rápidamente.
"Pero te habría gustado que lo fuera"
"Irrelevante" dije seriamente.
"No le queda mucho tiempo en la tierra" suspiró poniéndose de pie.
"¿De que hablas?" fruncí el seño.
"Hablé con un alma en mi camino hacia aquí. Me dijo que Harry ya estaba por iniciar su busqueda, para vencer a Voldemort"
"¿Con quien hablaste?"
"Albus Dumbledore"

La sorpresa en mi cara era notoria, o eso demostró la risa de Lilith. No podía creer que Dumbledore haya muerto.

Uno creería que teniendo el poder del infierno yo sería informada de que personas mueren pero no es así. La muerte es propiedad de Dios y aquí solo vienen aquellas almas impuras que no han hecho mas que daño. Yo no era quien las recibía tampoco, las almas no veían al monarca del infierno muy seguido, talvez no lo harían en toda la eternidad.

"¿Dumbledore fue enviado al infierno?" pregunté.
"Claro que no" río "Pero estaba de visita en el cielo cuándo lo ví, lo reconocí y me acerqué a hablarle. Te envía saludos"

Algo que deberían saber, Lilith está en una relación seria con Jesús. Hace varios cientos de años.

"Tengo que ir a verlo" dije rápidamente y salí del lugar sin siquiera voltear a mirarla una última vez.

Si mis amigos estaban por lanzarse en una guerra contra Voldemort necesitaban toda mi ayuda. Y Dumbledore era el único que podría darme respuestas sobre que intentaban hacer, no sabía si Hermione compartiría algo con Timmy.

Entrar al cielo no era tan fácil si eras yo, tenía que hacer demasiado papeleo. Pero luego de media hora charlando con Gabriel y firmando acuerdos que indicaban que no haría ninguna maldad, me permitieron la entrada.

A lo lejos ví a Dumbledore ríendo animadamente con Sirius, James y Lily. Otra sorpresa, ni siquiera sabía que Sirius hubiera muerto.

"Hola" sonreí acercandome.
"¡Selena!" gritó Sirius abrazandome "¡Mira, llegué al cielo!"
"Nos sorprendió a todos" bromeó James.
"¿Sabes dónde está Reggie?" preguntó "Llevo casi un año aquí y aún no lo he visto"
"Si no lo has visto debe estar en el infierno" respondí y la sonrisa se borró de su cara "Averiguaré todo tan pronto como vuelva y lo enviaré aquí"
"Si, por favor" suspiró aliviado.

Miré a Dumbledore quien me sonreía levemente, ya no era el hombre de 1942 sino el amable anciano que recordaba. La misma luz y bondad en sus ojos.

"Es bueno verla Señorita Morningstar" asintió "La extrañamos en Hogwarts"
"A mi me habría gustado poder volver" me encogí de hombros suspirando "Me alegra verlo aquí y no allí abajo"
"Por un momento, dudé de a dónde pertenecía mi alma" me dió la razón "A mi también me alegra estar aquí, es un lugar muy hermoso"
"Y Jesús es divertido" intervino Sirius "Transforma vino para mí siempre que lo pido"
"Vine para hablar de lo que harán Harry, Ron y Hermione" dije ignorando a Sirius "Quiero saber que está ocurriendo"
"Íbamos a hablar de eso también" comentó Lily haciendo que le sonría, ella me agradaba mucho.
"Harry decidió que seguirá con mi busqueda de horrocruxes, los destruirá y por consiguiente, destruirá a Tom"
"Eso es muy peligroso" fruncí el seño.
"Que bueno que tienen amigos en lugares poderosos, ¿no te parece?" me guiñó un ojo.

Sintiéndome algo aturdida por todo lo que acababa de descubrir, me dí vuelta y volví al infierno. Necesitaba formular un plan, dar alguna clase de ayuda a mis amigos.

Antes de dirigirme a la sala del trono, dónde pasaba todo mi tiempo libre, me encontré con los hermanos Bones.

Los hermanos Bones eran tres esqueletos que estaban aquí desde el inicio de los tiempos, ellos llevaban todo el papeleo y administración de cada alma que era recibida aquí.

"Necesito que busquen a Regulus Arcturus Black y lo lleven al cielo" me limité a decir.
"¿Su castigo terminó?" preguntó uno de ellos ligeramente sorprendido.
"Él no debería haber sido castigado en primer lugar"

Me dí media vuelta y seguí mi camino, sin detenerme a escuchar lo que respondieron. Al entrar a la sala ví a Timmy, Lilith y Calibán. Mi amigo parecía completamente desesperado. Cuándo intentó hablar lo unterrumpí.

"Ya lo sé" dije, pensando en el plan que se formaba en mi cabeza.
"No podemos dejarlos solos" dijo en un tono casi suplicante.
"¿Quien dijo que lo haríamos?"
"¿Que planean hacer Selena?" preguntó Calibán.
"Lilith se encargará del infierno en mi ausencia" declaré.
"Los reyes nunca aceptarían eso" dijo ella sorprendida por mi propuesta.
"¡Los reyes tienen que aprender que la reina soy yo y deben hacer lo que digo!" exclamé enojada.
"¿Y luego?" preguntó Timmy en un susurro.
"Empaca tus cosas Timmy" le sonreí "Nuestros amigos necesitan ayuda, nos vamos a casa"

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