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—¿No quieres buscar ayuda? —me encojo de hombros ante la pregunta de mi madre.

—No lo sé. —murmuro agotado.

—Deberías hacerlo Tyren. —mi hermano pasa por mi lado— Por ti me propuse ser psicólogo.

—Bien por ti, Ryce, pero no sé si quiera buscar ayuda. —respondo en un suspiro.

—¿Crees que ella te va a sacar de ese agujero? —pregunta sentándose enfrente de mí.

—No, no lo creo. —respondo con determinación— Sé que el amor puede con muchas cosas, pero estoy seguro que en este caso no es así. ¿Podría? Sí, pero no quiero recuperarme por ese método.

—¿Entonces? Estás decidido a no buscar ayuda. ¿Cómo piensas recuperarte? —lo veo cruzarse de brazos, suspiro con desinterés.

—No tengo idea.

Lo veo pararse y dejar una tarjeta enfrente de mí.

—Si cambias de opinión, en esta ciudad hay una clínica de rehabilitación. —niego ante sus palabras.

—Ya veremos. —murmuro tomando la tarjeta y poniéndome de pie.

Quiero dormir un rato.

—Piénsalo, hijo. Ahora no somos solo tu familia los que te queremos ver cada mañana. —presiono la tarjeta entre mis dedos ante las palabras de mi madre.

—Luego veré, mamá.

***

Abrazo a la pequeña entre mis brazos.

—Estás frío. —la escucho murmurar.

—Llevo un buen rato afuera. —le respondo dejando un beso sobre su frente.— ¿Vamos?

Tomo su mano, sus ojos entre verde y miel me ven fijamente.

—Vamos.

Tomados de la mano empezamos a caminar por el parque. De vez en cuando Ava hacía cosas que me hacían reír. 

No tardo en comprarnos un helado y sentarnos un rato para comerlo con calma.

¿Cómo podemos comer helado con este frío?

Ni idea.

Muerdo mi helado de frutos rojos.

Mala idea.

—Deberías ver tu cara ahora mismo. —me dice Ava con una gran sonrisa.

—Fue mala idea morderlo. —murmuro tragando el helado en mi boca.

—Creo que me di cuenta. —Ella suelta mi mano y  se levanta para caminar delante de mí.

Yo me levanto y con cuidado entrelazo nuestras manos.

—¿Seguimos caminando? —le pregunto dándole una leve sonrisa. Ella asiente.

Durante un rato solo escuchamos el sonido de las hojas de los arboles al ser movidas por el viento.

—¿Cuál es tu nombre en realidad, Ava? —le pregunto luego de un rato.

Ella se detiene en seco, por lo que me volteo a mirarla.

Me da una sonrisa apenada— Prefiero no decirlo. —murmura fijando su vista en el césped a un lado.

—No tienes que hacerlo, tranquila. —le tiendo mi mano— Sigamos caminando, vamos.

Ella la toma gentilmente y seguimos caminando.

Supongo que puedo vivir un poco más para averiguar su nombre completo, ¿no?

Solo estoy buscando excusas...



Lo que me llevaré (LQSMSLL #0.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora