🌸 𝙴𝚁𝚁𝙾𝚁/ 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽 [Mini Fic]

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 2/10 🌸

—Como te mencioné, tú padre dejo muy en claro en su testamento, que debes casarte para poder reclamar tu herencia y el puesto de presidente—explicó el abogado sosteniendo una carpeta guinda con sus manos.

—Maldito hijo de la...

Carraspeo el mayor interrumpiendo semejante falta de respeto.

—¿Qué?—se quejó—¿Tiene idea de cuanto le pedí a Diosito que se lo llevara?—preguntó—Y ahora que lo hizo, que por cierto tardó tres años en cumplírmelo, me salen con esto, si me va a hacer el favor, que lo haga bien.

—Pero Min, pensándolo bien—le interrumpió el castaño sentado al final de la mesa—En realidad la condición que te puso no es tan mala.

—Woozi, le dije muchas veces a mi padre que no quería casarme—se quejó acompañado de un suspiro—Sabes que él nunca me escuchaba, siempre buscaba todo en beneficio de la estúpida empresa antes que el bienestar de su propio hijo.

Desde que que Min Yoongi tenía memoria, su padre jamás estuvo presente, en su lugar, una ausencia lo acompañaba a todos lados.
Y aunque siempre trato de llamar su atención, ya sea metiéndose en alguna pelea de la escuela o sacando las mejores calificaciones de su clase, nunca lo logro. Hasta que tuvo la edad suficiente para lo que se conocía como: "Matrimonio blanco" o sea, una unión por conveniencia en el cual uno o ambos cónyuges obtenían un beneficio, ya sea económico o legal. Por supuesto, él siempre se negó a hacerlo...¿Pero ahora? Su padre ya había planeado todo para jugarle en contra una vez partiera.

—Pues si tú no quieres la herencia, yo si—exclamó sonriente—¿Dónde firmó?

—Cálmate tú enano, que ni tu padre era.

—Pero casi—contestó.

—Bueno, bueno jóvenes, por favor, tengamos una platica civilizada—interrumpió el abogado—No hace más de tres horas que enterraste a tu padre Min.

—Estoy siendo civilizado—se defendió el peli negro cruzándose de brazos, y se dejó caer en el respaldo de la silla.

—Como sea, el día en que se le anunciaran como presidente de la empresa será su fecha límite para que por lo menos, se haya comprometido.

—¡Pero eso es en unas cuantas semanas!—exclamo levantándose abruptamente.

—Joven Min, no creo que conseguir pareja sea un problema para usted—comentó sonriendo ladino.

—¿Qué está insinuando?

—Hasta la semana que viene— mencionó por último antes de salir de aquella oficina. 

—Estoy acabado—exclamó tumbándose al sofá que estaba en la pequeña recepción—Me doy por vencido.

—¿Estás hablando enserio?—exclamo su amigo aventándole una almohada del sofá en la cabeza.

—¡Oye!—se quejó tomando la revista que estaba sobre el mueble a su lado—¿Cómo voy a conseguir marido dentro de unas cuántas semanas? No soy un maldito Adonis.

—Tinder—contestó como si fuese la mejor idea que se le había ocurrido en años.

—¡Dime que estás bromeando!

—¿Tienes una mejor idea genio?—le cuestiono rondando los ojos—Además...¿Qué hacemos aquí? Estamos perdiendo el tiempo.

—Solo, estamos, ya sabes, esperando— comentó nervioso rascándose la nuca.

—¡No puede ser!—se tapo la boca—¿Me obligaste a venir aquí para verlo otra vez? Sabes que odio el club de golf.

—Cállate, aquí viene, actúa natural— susurro tapando su rostro con la revista.

Entonces un chico con sonrisa colgate se acercó con paso lento hacía ellos dos.

Él era Jung Hoseok, hijo de uno de los mayores inversionistas en la empresa de su padre, su compañero de escuela desde el maternal, cuando ni siquiera sabían ir al baño por si solos y sin duda alguna, el amor platónico de Min desde aquel día en que compartieron su desayuno (cuando al pelirrojo se le olvidó en casa). Er el chico perfecto.

—¡Yoongi!—exclamó sonriente y emocionado—¡Crei que no vendrías por un buen tiempo!

—Hobi—respondió con cierto nerviosismo y levantándose del sofá— ¿Por que no iba a hacerlo?

—Ya sabes, supe que tu padre falleció, en verdad lo lamento, el señor Min era un buen hombre—comentó palmeando su espalda

Si, como no.
"Buen hombre sobre todo" pensó el pelinegro.

—En fin, sólo quería saludar, tengo cosas por hacer, fue un gusto verte—hablo nuevamente el pelirrojo—Deberíamos quedar un día.

—Claro, me encantaría.

—Hasta luego Min, adiós Wozzi—mencionó despidiéndose con la mano mientras se alejaba.

—¿Si sabes que tenías la revista al revés?—susurró acercándose a él mientras agitaba su mano sonriente

—¡Cállate!

—Pídele que se case contigo.

—¡Estas demente Ji-hoon!—exclamó horrorizado.

—¿Por qué no? Ese chico te tiene estupido.

—¿Cómo podría el corresponder mis sentimientos?

—No necesita hacerlo—respondió levantando sus dos cejas casquivano.

—¿Qué estás planeando enano?

—Tengo una idea.

—No—negó repetidas veces— Estoy fuera, tu última idea nos llevó a la cárcel.