🌸 𝙴𝚁𝚁𝙾𝚁/ 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽 [Mini Fic]

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 5/10 🌸

—Lucy, mi querida y adorada Lucy—mencionó Min recargándose en el escritorio con la respiración entrecortada por correr tan rápido

En definitiva, necesitaba hacer más ejercicio. Pensó.
Pero luego recordó el esfuerzo que eso implicaba, y prefirió eliminar ese pensamiento de su cabeza.

—El chico de antes, ¿Donde fue?

—¿El secretario Park?—se cuestionó.

En realidad ni siquiera sabía de la existencia del chico hasta ese incidente, así que no sabía con exactitud si verdaderamente se trataba de él, aún así, asintió en respuesta.

—Iba de camino al aeropuerto—contestó cordialmente.

—¡¿Al aeropuerto?! ¡Debe ser una broma!—río incrédulo.

¡Eso no podía estar pasando!
¡Es que eso no podía estar pasando!

—El congreso de este fin de semana se llevará a cabo en Busan y su jefe lo necesitaba haya lo antes posible, como lo siento—continuó la recepcionista terminando de comprobar los hechos en su agenda.

—¿A qué hora sale su vuelo?—preguntó con cierta pizca de esperanza invadiendo su ser.

—A las 3:30 señor—contestó y en ese momento el teléfono de la excepción sonó, llamando la atención de la chica por completo.

Con rapidez observó el reloj en su muñeca izquierda.

—¡Eso es en quince minutos!—dijo desesperado—Tendré que apresurarme, ¡Vamos!—dijo antes de comenzar a correr por segunda vez.

—Espera Min...

—¿Qué haces ahí paradote? Hay un vuelo que detener—le reclamo al castaño.

—Me encontré un billete de mil won—susurró.

—Levántalo y vamos.

—No puedo, estoy esperando a que el señor que lo tiro se vaya—volvió a susurrar para no llamar la atención.

—¡Solo camina!—espetó el chico enojado tomándolo del brazo para después arrastrarlo hasta la puerta de salida—Tendremos millones de esos, pero necesitamos la estúpida pulsera.

—¡Mi billete!

—¡Maldición!—gritó al momento de patear una piedra una vez ya se encontraban afuera del aeropuerto

Claro que, aunque intentaron, no lograron llegar a tiempo.

—Estoy perdido. Ahora si, todo se fue a la basura. No conseguiré un esposo, ni mi herencia, perderé la residencia también, viviré debajo de un puente y me taparé con cartón y periódico para no morir del frió. ¡Mi vida se arruino!.

El castaño por supuesto, lo miró con extrañeza.

—Vamos, no todo está perdido, ¡No seas dramático!

—¿Te parece esto una broma? —se quejó el chico a su lado—Ese secretario se fue a Busan con mi brazalete, con mi salvación, si se lo pone, todo estará perdido, ya he cometido varios errores. No puedo permitirme cometer uno más.

—Pues hay que ir y quitárselo—respondió mirando la pantalla de su celular —Debemos impedir que se ponga esa pulsera Min, o enserio, estaremos acabados.

—Tienes razón, no puedo permitir que se ponga esa pulsera y se termine enamorando de mi...no puedo.