Capítulo 8: ¿Origen?

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Regresamos al pueblo al anochecer. Esperábamos que no hubiera nadie a nuestro regreso, pero las puertas del pueblo estaban abiertas de par en par y en medio de la entrada estaba parado Mark con los brazos cruzados. Bajamos la cabeza y tragamos saliva. A medida que nos acercábamos, pudimos ver a Yulieth parada dentro del pueblo con las manos entrelazadas a la altura de su pecho, junto a un grupo de aldeanos muy molestos.

—Creo que estamos en problemas —dije.

Todos asintieron con la cabeza y caminamos sin decir ni una sola palabra hasta nuestro pabellón de fusilamiento, frente a Mark.

—¿Dónde han estado? —preguntó él con voz neutra.

—En el pueblo de las sacerdotisas —dijo Daniel, tomando el liderazgo.

—¿Por qué estaban ahí? —vi a Daniel de reojo y este solo miraba el suelo buscando una respuesta o formulando qué decir para que no nos maten. —¿Ely?

Al escuchar mi nombre, di un salto en mi sitio y levanté la vista de inmediato sin mirar a nadie. Estuve a punto de decir "sí", pero mi lengua se trabó y no pude emitir ningún sonido.

—¿Por qué estaban ahí, Ely?

—Yo... bueno... tenía ganas de ir... —sin querer, moví los ojos y cruzamos miradas. Sentí que todas mis fuerzas se iban. Me sentía pequeña, más de lo que ya soy.

Su rostro no reflejaba ninguna emoción y sus ojos plateados solo denotaban frialdad.

—¿Solo tenías ganas de ir? ¿Con todos? —tragué saliva.

Y, aunque traté de hacerlo lo más despacio y silencioso posible, todos los presentes debieron escuchar mis nervios y mi intento de tragar mis miedos.

—No me llevé a nadie... Bueno, no es que los haya obligado. No... —tengo que pensar qué decir antes de poner a los demás en problemas, más de los que ya tenemos encima. —Yo me estaba yendo con Orielle. El resto... —me mordí la lengua y solté lo primero que se me vino a la mente— Bueno, los chantajeé para que me acompañaran.

Su rostro reflejó algo de sorpresa por un microsegundo, casi imperceptible. De nuevo, tenía bien puesta su cara de póker.

—¿Así que los chantajeaste? —asentí con miedo.

—¡No! —volteo y veo a Jorge viendo a Mark a los ojos— Ella solo dijo que dependía de nosotros si la acompañábamos o no. Ely nos dio a escoger. Nosotros pudimos haberlas metido a la fuerza, pero decidimos acompañarlas. — me ve y sonríe. Le devolví la sonrisa sin dudarlo.

Esto que se ha formado entre nosotros es un gran lazo de amistad. Uno que nunca pensé que ocurriría.

—Así que los cinco decidieron ir.

—Así es. —dice Orielle con la mirada al frente.

—¿Entonces, cada uno es responsable de sus actos? — asentimos a la vez. Y para asombro de todos, Mark sonrió.

—¿No está molesto con nosotros? — le pregunté como si fuera una niña pequeña. Tenía miedo de que dijera que sí y me pusiera a llorar.

—¿Debería? Ustedes tomaron una decisión y la llevaron a cabo. Me alegra que estén bien, bueno no tanto. — me mira y me encojo de hombros. Tengo mi cara inflamada por la bofetada que recibí de uno de los nocturnos. ¡Ah! Y el pantalón rasgado con una herida en la pierna.

—Entonces, ¿no hay problema? — dice Max.

Hubo un destello en la mirada de Mark. Algo que confundió a todos. Fue diversión.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2023 ⏰

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