Father II ;;

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— Wonwoo, cariño llegarás tarde a la escuela —

La dulce voz de su madre le hablaba, el joven de quince años lentamente abrió los ojos y miró aquella tranquila sonrisa, rápidamente se levantó e intento arreglarse para la escuela una vez que su madre se había dirigido a la cocina.

— ¿Podrías pasarme la sal? —

Pidió amablemente la mujer mientras el hombre leía el periódico ignorándola.

— Tienes servidumbre para eso, no para molestarme en mi desayuno —

Wonwoo bajo escuchando aquella respuesta, con molestia entró al comedor y tomo la sal para dársela a su madre.

— Mira lo que haz hecho con nuestro hijo ¿De que sirve que gaste miles de dólares si al final hacen que la servidumbre no haga nada? En fin, ambos han arruinado mi mañana, me voy a trabajar ya. No me esperes —

El hombre se fue dejando a la madre y al hijo en santa paz.

— Deberías divorciarte, no necesito un padre así —

Habló Wonwoo como si las cosas fueran tan fáciles, la mujer tomó la mano de su hijo y la acarició.

— Aunque tu padre sea un monstruo no lo odies, no por él, sino por ti. Tu corazón es tan hermoso para sentir odio, como tú madre lo único que deseo que haga tu corazón latir sea amor —

Su madre nuevamente había dicho aquello, si tan sólo el joven lo hubiese analizado un poco más hubiera entendido que era el comienzo de su despedida.
Wonwoo en aquella edad sólo se preocupaba por experimentar y saltar las bardas que su padre le imponía; ¿Hombres no besan hombres? Wonwoo lo había hecho... Y le había gustado, su primera experiencia no fue para nada fogoza, apenas había sido un roce de labios pero aquello había hecho su corazón latir como nunca, más que cuando alguna chica le daba una carta o tomaba su dedo menique.
¿Los hombres no leen novelas? Wonwoo leía a una velocidad increíble todo tipo de contenido literario, en casa, en la escuela, en el autobús y frente a su padre; aún si le costaba los gritos de su progenitor lo seguía haciendo, esa su propia forma de protestar.
¿La mujer le sirve al hombre? Él nunca dejó que eso pasara, el vivía para ser independiente, respetó cada mujer que se le cruzó e incluso admiró la belleza interior y exterior de cada una de ellas; después de todo nadie vivía para servirle a alguien.

— Estoy orgullosa de ti a pesar de todo, nunca lo olvides —

La sonrisa de su madre seguía adornando sus labios aún después de que Wonwoo encontrará el papel dónde se le diagnosticaba cáncer de estómago, sólo entonces Wonwoo sintió como el mundo podría romperse sobre él; con él reciente divorcio su padre no le ayudaría con los gastos médicos y con su capital estarían justos por algún tiempo, fue ahí cuando Wonwoo comenzó a buscar trabajo.

— ¿Jeon Wonwoo? Temo decirle que ya no había más que hacer, ella ha fallecido —

Al escuchar aquello fue la primera vez que sintió un gran dolor en toda su vida, como pudo fue al hospital, su abuela y tía estaban ya ahí, al verlo le abrazaron como si aquel consuelo fuese a servir. Apenas había ingresado a la universidad, no podía irse su madre así de fácil y sin despedirse; cuando su abuela y tía le dejaron ir un enfermero tomó un libro de cuentos para niños, con lentitud se acercó a Wonwoo y le extendió el libro.

— Ella escribió varias cartas para ti y las guardó en éste libro para ti, espero encuentres consuelo pronto —

Wonwoo tomó el libro y sin dudarlo abrió las cartas para leerlas, la mujer sabia que no tardaría en morir por ello en sus cartas no solo había aclaraciones legales, como la gran herencia y el departamento que sería su último regalo de cumpleaños; sino también disculpas a su amado hijo por irse de aquella manera.
Al abrir el último sobre, notó que la carta había sido escrita el día anterior.

⌇#O1︓Ꮯoꭑ𝘦 to ꭑ𝘦 ⦇𝙨ooᥒ𝙬oo⦈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora