humans (Special : SeokHao) ;;

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Minghao era un niño que siempre compró estrellas, él siempre obtuvo la estrella que deseo, pero entonces ¿Por qué seguía tan solo? Las estrellas dejaban de brillar en unos cuantos días y con ello el amor del niño se desvanecía.
El niño solitario creció, destruyendo todo pequeño resplandor a su paso; años más tarde encontró el único reto donde se rindió, era una estrella tan grande y hermosa que no le tenía miedo, el nombre de aquella estrella era Jeon Wonwoo, la única persona que brillaba tanto por si misma, aún en completa oscuridad.
Minghao cerró el cuento que conservaba desde su infancia, miro a su alrededor y las paredes le hacían sentir vacío, el hotel donde residía no se comparaba a la calidez del hogar de Wonwoo.

— ¿Así se hubiese sentido un abrazo de mi papá? —

Se preguntó abrazando sus rodillas mientras estaba sentado en el sofá, Soonyoung también era agradable aunque su pequeño hijo no tanto.

— ¿Cuál es tu verdadera relación con Xu? —

Preguntó su fiel amiga en aquella cafetería, Seokmin miró hacia la ventana con una suave sonrisa, una tan característica de él.

— Soy la nueva estrella que consiguió, esperando poder iluminar su soledad por un tiempo considerable —

Haseul al escuchar aquello se recargó sobre la mesa analizando a su mejor amigo.

— Sientes una atracción por él ¿Verdad? Dices cosas crueles pero tu mirada ayer parecía tener un brillo propio —

Seokmin volteó a ver a Haseul y negó antes de tomar su bebida tranquilamente. Él a diferencia de Minghao ha vivido una vida con distintos destellos de luz, pero tenía sus secretos; el más grande era que engañaba a su amado padre sobre sus estudios, ya no estudiaba arte como su padre anhelaba, estudiaba una ingeniería donde era el mejor de su clase; su segundo secreto es que tan sólo con un seño fruncido y unas cuantas palabras sin sentido aquel chico había robado su corazón.
Seokmin a pesar de su confiable personalidad era un hombre técnico, no creía en el amor a primera vista, ni en medias naranjas, mucho menos en hilos que te conectaban con alguien, por muy cruel que sonara Seokmin creía que la vida era un proceso de varias etapas con personas que pertenecían a cierto número de ellas, el nació solo y moriría solo, al menos aquello creyó hasta que miró a Minghao por primera vez.

En la hipótesis que se había plantado como plan de vida nunca había tomado en cuenta que era humano y que por ende le pasarían cosas de humano, una de ellas enamorarse a primera vista.

— ¿Qué demonios... —

Aquellas palabras fueron las primeras que Minghao le dijo, fue ahí cuando la serie de sucesos inesperados comenzó, por muy raro que fuese a Seokmin leía aquellas actitudes como si Minghao quisiese algún tipo de protección y el era un hombre técnico pero si un gatito se le cruzaba el lo adoptaría sin problema alguno.
Efectivamente, el único enemigo que tenía Seokmin era si mismo y sus tambaleantes cambios de actitud.

— Éste tipo y yo estamos saliendo, es mejor que no pienses verlo más —

Minghao no era la clase de persona atrevida que soltara aquellas palabras con facilidad, a menos de que tuviese un plan macabro o algo por el estilo, sin embargo, muy a su pesar Seokmin era una persona que no se sorprendía con comentarios así.

— Debes verlo en la cama, es demasiado bueno —

Trató de provocar al más alto, sin conseguir nada aún. A tal punto de su vida nada le estaba saliendo a Xu "¿Sería el momento de considerar que quien está mal soy yo?" Llegó a pensar un instante, todo terminaba destruido después de tocar sus manos ¿Aquello era justo para los demás? La respuesta era obvia, pero su orgullo era gigante, no quería admitir que estaba mal.

— Tampoco le cuentes de él, es mejor que regreses a casa Jo. Gracias por el favor —

Fue lo que escuchó Minghao y la mujer frente a él le sonrió, era la primera sonrisa que recibía desde que había llegado con el propósito de ver infeliz a su hermanastro.

— ¿Así qué eres mi pareja? En ese caso debo volver a demostrarte que tan bueno soy en la cama —

Seokmin se burlo de Minghao y luego le acarició la cabeza, el chino se sentía fuera de lugar, pretendiendo negar que aquella sensación era aún más cálida que los abrazos a sí mismo en las noches solitarias, repentinamente ya no se sentía tan disgustado, aunque su ceño dijera otra cosa.

— Uy ¿Hice enojar al gatito huraño? Mis disculpas, tu novio debe irse —

Al conocerse hubo palabras extrañas como "Cama" y "Pareja" que haría sudar a un par de desconocidos pero ese no fue el caso de Seokmin y Minghao, ellos simplemente lo tomaron como una broma o algo sin importancia; el verdadero dilema empezó conforme ellos hablaban y se conocían más, los viajes, las manos tomadas para molestar o por simple gusto comenzaban a tener un significado.

— Así que por ello eres el hermanastro de Wonwoo, comprendo pero no te apoyo; son cosas infantiles que debes dejar ir o terminaras hiriéndote tú solo —

Seokmin le aconsejó la primera vez que hablaron seriamente, tras aquella charla mañanera pidió disculpas, no se extrañaría si no le creían pero para la sorpresa de todos, Wonwoo resultó ser un hombre que tomaba las cosas con calma.

— Llamalo, dile que ya me encontraste... No le digas nada de Soonyoung ni de Dino, tampoco menciones que hemos hecho las paces. Tengo que prevenir que te haga algo también, si tienes a alguien que te importe no hables de el o ella ¿Entendido? —

Fue lo que le dijo su hermanastro varios días después de su disculpa, Minghao sabía que Wonwoo tenía razón. El señor Jeon era manipulador, un hombre inflexible y propenso a la negación; creyendo que el fin justificaba los medios, arruinando la vida de dos jóvenes sólo por querer más poder en una empresa, ¿Aquel puesto valía la soledad de Minghao y Wonwoo? Era obvio que no, ambos hermanastros ahora lo sabían.
Los siguientes días serían duros, Wonwoo tendría que alejarse de su familia y él, tendría que alejar a Seokmin a toda costa, no podía dejar que algo le pasara a ese pequeño sol.

— Tenemos que hablar, llego a tu departamento en quince minutos —

Aquellas palabras hicieron doler el pecho de Minghao, en el caso de Seokmin sintió el presagio de que algo no marchaba bien; cuando Minghao se estacionó frente al edificio donde residía Seokmin, suspiró, salió del auto y con paso firme fue hacia el departamento de Seokmin; su firmeza desapareció cuando miró el semblante serio de su contrario, Minghao sabía que le dolería más de lo que esperaba.

— Seré breve... Fue un placer haberte conocido pero creo que ya no deberíamos vernos más —

Minghao sonrió amargamente extendiendo su temblorosa mano, Seokmin lo miraba aún, tras un suspiro estrechó su mano con la de Minghao y jalando de ella hizo al chino entrar al departamento solamente para recibir un abrazo, uno que iluminaba su corazón; haciendo que el pequeño príncipe abandonado se volviera una estrella.

— Lo lamento pero me niego a soltarte tan fácilmente, más cuando no recibo una explicación —

Seokmin respondió con una sonrisa tan llena de tranquilidad, aquel semblante acompañado del abrazo hicieron llorar a Minghao que solo sentía sus lágrimas caer, tampoco estaba preparado para dejar ir a Seokmin.

⌇#O1︓Ꮯoꭑ𝘦 to ꭑ𝘦 ⦇𝙨ooᥒ𝙬oo⦈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora