La ansiedad de Astrid solo aumento con la llegada del día del tributo a Hati, los preparativos estaban listos, las puertas en el pueblo marcadas con sangre y la ofrendas a la vista del lobo legendario; observar todo eso desde las ventanas no aliviaba su angustia, aunque se impresionó con la magia de Minerva, hechizó las ventanas de forma que podían ver el exterior sin ser vistos por la bestia, todo el comité se encontraba en ese salón, al igual que sus padres y Cilliam.
— Tantas precauciones por un lobo. — intervino Cilliam haciendo que Astrid se concentrara en él y olvidara sus nervios.
— Son necesarias niño bonito. — expresó Minerva escaneándolo con su mirada de pantera. – Estos no son como los perritos de cacería que ustedes lo humanos acostumbran usar. Hati el letal—
Con esa advertencia la experta en magia los dejó, Astrid se retiró a una esquina porque sentía que iba a empezar a hiperventilar, algo en ella estaba ligado a esa bestia tan terrible, Edhelf se lo explicó y no sabía si estaba siendo paranoica, pero podía observar sombras tenebrosas en los rincones y susurros misteriosos.
"He venido por ti"
Sabía que debía tener un comportamiento impecable, pero no podía evitarlo, intuía que el festín de Hati este año iba a ser diferente, la bestia quería verla a la cara y reclamarle como había podido engañarlo a él, el emisario de la muerte. Freya quería respuestas, no comprendía porqué las diosas le dieron una segunda oportunidad, ¿Por qué ella regresó de la muerte? Pero prefería quedarse con las dudas que obtener las respuestas de Hati.
— ¿Por qué esta tan nerviosa mi hija? — preguntó su padre a la sacerdotisa, Freya podía observarlos desde el rincón donde se hallaba.
— Majestad su hija ha tentado a la muerte, ella reencarnó y eso no le agrada a la bestia. Ambos están unidos Majestad, una parte de Freya le perteneció a Hati al morir.
— ¿Y ella lo sabe? — preguntó angustiado.
— Peor majestad... lo siente. — proclamó Edhelf con angustia.
Escuchar la conversación entre su padre y Edhelf no ayudó en nada, se asomó a la ventana con intención de despejar su mente, no lo consiguió, abajo los elfos terminaban los últimos detalles para encerrarse en sus casas hasta el otro día. Astrid notó que todos estaban distraídos conversando entre ellos, utilizó esa oportunidad para huir; no podía estar ahí ni un segundo más, necesitaba aire, necesitaba escapar.
Si alguien notó su escape no se lo hicieron saber, se dirigió a las almenas; su corazón latía violentamente contra su caja torácica, estaba tan inmersa en sus pensamientos, que no percibió que alguien si la seguía.
— Te he encontrado. — soltó Cilliam de repente haciendo que Astrid gritara del susto.
— ¡No aparezcas así! — exclamó ella colocando una mano sobre su pecho. — ¿Cómo has logrado salir? ¿Te ha visto alguien?
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El susurro del bosque I -La canción de los elfos (EDITANDO)
FantasyEn la frontera del bosque pasan muchas cosas, las leyendas abundan, las personas desaparecen y se ocultan muchos secretos. Se afirma que hay algo más allá que todo humano desconoce o al menos en esta época lo hacen, ya que hace 100 años atrás una cr...