Descenso

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«Ignorantia juris neminem excusat».

Lema del Wizengamot

Harry entra a la Sala de Reuniones del Wizengamot vistiendo una camisa hawaiiana y con unas gafas de sol rosa apoyadas sobre la frente. No hay tanto revuelo como la primera vez que apareció con vaqueros y una chaqueta de cuero (una maga muy anciana se desmayó ante la falta de decoro y la primera media hora de la reunión fue dedicada a discutir «la importancia de la túnica»), pero a pesar de todo levanta miradas desaprobadoras y ceños fruncidos.

Las ignora mientras se dirige a su asiento, conteniendo una sonrisa. Hasta el momento no se ha dedicado a algo más que molestar a los sangre limpia y ser irreverente, pero hoy lleva bajo el brazo un montón de notas que escribió Hermione para, según ella, «aprovechar esta oportunidad para mejorar el mundo».

Harry está un poco cansado de intentar mejorar el mundo.

Kingsley toma la palabra para iniciar la reunión, como siempre, y Harry se esfuerza en prestar atención, pero no lo consigue. A los diez minutos se le cierran los ojos y está pensando en quidditch para mantenerse despierto.

—Creo —dice por fin, hacia la mitad de la reunión, interrumpiendo a un mago de larga barba oscura que lleva un buen rato hablando sobre el traspaso de bienes en el divorcio— que deberíamos discutir los derechos de las Criaturas Mágicas, especialmente de los elfos domésticos.

El señor de la barba oscura se queda con la boca abierta, paralizado en su argumento de que las brujas aprovechaban las leyes de divorcio para desplumar a los magos.

—Tiene que hacer una petición formal al final de esta reunión y entonces será votado si se hablará de ello en la siguiente, señor Potter —replica con retintín una bruja de enorme sombrero morado y labios de un brillante púrpura.

Harry intenta no poner los ojos en blanco.

—Creo —repite alzando ligeramente la voz y enderezándose sobre su silla—, como heredero de la familia Black, Gaunt, Lestrange, Rosier, Yaxley, Avery, Carrow y Crouch y miembro de una Orden de Merlín (Primera Clase), que deberíamos discutir los derechos de las Criaturas Mágicas, especialmente de los elfos domésticos.

La magia que recorre la sala ante sus palabras calla el murmullo que había surgido y logra apagar un par de velas. Unos cuantos magos han palidecido ante el poder que desprende la pequeña figura del héroe del mundo mágico.

A su izquierda, Neville se aclara la garganta y se levanta de su asiento. Forma parte del Winzegamot por ser heredero de una de las veintiocho familias sangre pura, al igual que Hannah Abbot, Malfoy o Slughorn. Los Weasley también solían serlo, pero su tatarabuelo fue expulsado para siempre por intentar montárselo con un hipogrifo en medio de una reunión.

—Apoyo la moción presentada por mi compañero —declara con voz segura y mirada firme.

Hannah le sigue, e incluso Slughorn se pone de su parte. Al final, al Winzengamot no le queda más remedio que escucharlo.

«Voldemort podría haber logrado gobernar el mundo mágico de esta manera, pero prefería arrastrarse por cementerios y tratar de asesinar menores de edad», piensa Harry, conteniendo una risa histérica en el pecho. Tiene la atención de todos sobre él, y le punza la piel de los nervios. Trata de mirar por encima las notas que le dejó Hermione, pero la letra de su amiga es apretada y diminuta, y a él le da vueltas la cabeza.

—Em —empieza, rascándose el cuello—. Creo que... deberíamos darles a los elfos domésticos los mismos derechos que les concedemos a los magos porque son, bueno, personas.

Hay un instante de silencio.

Después, todo estalla.

La bruja del sombrero morado se levanta de su asiento para señalarlo y gritar improperios. La señora Greengrass alza la voz para decir «francamente, creo que la broma ha llegado demasiado lejos». El profesor Slughorn trata de calmar los ánimos: «vamos, vamos, seguro que Harry no quería decir eso, dejémosle explicarse». Voldemort sisea por lo bajo, contemplándolo con desaprobación desde el otro lado de la Sala. Draco Malfoy se cubre la cara con las manos en una expresión de absoluta derrota, mientras Kingsley detiene a un mago larguirucho y anciano que intenta lanzar un maleficio a Harry.

Neville le dedica una mirada preocupada, pero Harry sonríe y se coloca las llamativas gafas de sol sobre las suyas de culo de vaso, recostándose en el asiento.

El caos le ayuda a ignorar la figura de ojos brillantes como ascuas encendidas que lo contempla desde lejos.

NOTAS

Voldemort podría haber intentando reclamar su herencia como único superviviente de los Gaunt, pero nunca lo hizo. Esto se debe a que, para ser reconocido como descendiente de los Gaunt, también tendría que ser reconocido como mestizo e hijo del muggle Tom Ryddle. Y todas sabemos lo mucho que odiaba Voldemort a su padre y su ascendencia muggle. Es por eso que decide renunciar a cualquier puesto en el Wizengamot y no trata de controlar el mundo mágico introduciéndose en la política.

El mismo Voldemort reconoce en una ocasión el nunca haber estado interesado en política. Y, de hecho, yo sostengo firmemente que aunque Voldemort cree y apoya el odio a los muggles y la segregación de todos aquellos que no son "sangre limpia" (la base de la ideología de los mortífagos), es un tema secundario para él. Lo utiliza para atraer seguidores y convertirse en líder de un movimiento, pero es un asunto secundario. Voldemort siempre tuvo dos objetivos: la inmortalidad y el poder. Ser el líder de una banda fascista le concede poder, y por eso le interesa. Es tremendamente narcisista y la ideología de su grupo le preocupa bastante menos de lo que parece.

La bruja de sombrero morado es Brunhilde Stokke. El mago que habla sobre la ley de divorcio es Ernest Hawkworth. Y el mago que intenta maldecir a Harry es el abuelo de Marcus Flint.

Sobre la familia Crouch: aunque Barty Crouch Jr. fue encerrado en Azkaban por sus crímenes, sus padres nunca le quitaron los derechos de heredero. Así que, una vez escapó y se reunió con Voldemort, le concedió todos los derechos y poderes de la familia. Dado que no queda nadie vivo en la familia Crouch, Voldemort era el heredero legítimo y ahora lo es Harry.

El lema del Wizengamot significa: "La ignorancia no exime del cumplimiento de la ley."

Alias HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora