Decido dejar de pensar en lo de hace un momento. Seguramente ni siquiera me estaba mirando, habrá sido imaginación mía. Voy a la cafetería del instituto y pido un cortado. Me siento y cojo la libreta donde he apuntado la mayoría de cosas que el profesor nos ha comentado.
Cuando me percato de que hay alguien delante mio alzo la vista. Por un momento me había asustado...¿se puede saber que me está pasando? Delante mío un chico me sonríe tímidamente y me pregunta si puede sentarse a mi lado. Le sonrio y aparto un poco mis cosas para que pueda sentarse.
-¿Eres nueva aquí? -pregunta.
-¿Tanto se me nota?-le respondo medio sonriendo.
-¡No, para nada! Es que nunca te había visto por aquí, en clase más o menos todos me suenan pero a ti no te había visto antes.-me dice con una sonrisa tímida.
- Me llamo Aria, encantada. -me presento.
- Nathan, igualmente. -me sonríe y me ofrece la mano.
Se la estrecho y empezamos a hablar sobre el nuevo curso. Le cuento que vivía en una pequeña ciudad y que me he trasladado aquí por el trabajo de mi padre. Me cuenta que esta en el mismo bachillerato que yo, y que compartiremos la mayoría de clases. Hablamos durante un rato e intercambiamos números. Después me despido de él y salgo del instituto. Voy a la parada del autobús y decido llamar a mi madre para comentarle que las clases oficiales comienzan mañana.
-Mamá, ya que tengo toda la mañana libre, ¿te importa si voy a mirarme algo de ropa? Llevo algo de dinero y me gustaría cogerme alguna cosa y mirarme algún libro.-le comento.
-Claro, pero ten mucho cuidado Aria.-me dice con un tono tranquilo.
-Sí mamá. A las dos estoy en casa para comer. Un beso.-le digo y cuelgo.
Doy un paseo por la ciudad y me cojo alguna que otra camiseta, unos pantalones y una sudadera para cuando llegue el frio. Voy a una librería y me sorprendo al ver el libro de After 3: Almas Pérdidas y sin pensarlo lo compro. Llego a casa y percibo el olor de unos macarrones a la boloñesa. Me encantan. Voy a mi cuarto y dejo la cartera y las bolsas con lo que he comprado.
-Hola mamá- le doy dos besos.
-Hola cariño, tienes la comida puesta, ve antes de que se enfríe.-me dice y me da un abrazo.
Mi madre es una persona muy cariñosa. Desde pequeña siempre ha estado pendiente de mi y cuidandandome. La verdad es que no me puedo quejar de los padres que tengo, alguna vez que otra tenemos discusiones pero no muy graves y siempre acaban por solucionarse.
Acabo de comer, lavo los platos y voy a mi cuarto. Comienzo a sacar todo de las cajas y a ponerlo en su sitio. Lleno las estanterías con mis libros, cuelgo la ropa, pongo mi portátil en el escritorio y conecto la impresora, barro, friego y limpio los cristales. Mi habitación a quedado como nueva. Miro el reloj y me sorprendo, ya son las ocho y media de la tarde. Cojo mi nuevo libro y me pongo a leer hasta que mi madre me llama para cenar.
-Hola papá.-lo saludo y le doy dos besos.
-Hola bonita.-me dice sonriendo.
-Papá no me llames bonita, ya sabes que pienso sobre eso.- y pongo los ojos en blanco.
-Vale, vale!- me responde y rie.
La cena transcurre tranquila. Mi madre y yo escuchamos a mi padre mientras explica cómo le ha ido su primer día. Acabamos de cenar y recojo la mesa mientras mi padre friega los platos. Voy al baño me lavo los dientes y me voy a mi cuarto.
Ya son las diez y media y decido irme a la cama para mañana no estar cansada. Apago la luz y me tumbo. Me cuesta dormirme, estoy como nerviosa y lo bueno es que no se porque. Cierro los ojos y me concentro en dormir, pero cada vez que lo intento me viene a la cabeza la imagen de esa intensa mirada posada en mi. Al final consigo dormirme.
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IRRESISTIBLE
FanfictionLa vida entera de Aria cambia en el momento en que sus padres deciden mudarse. Nueva ciudad, nueva casa, nuevo instituto. Lo que significa nuevos compañeros, nuevos momentos y nuevos sentimientos.