Capítulo 5

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Llego a casa y veo que un plato de brocoli con patatas hervidas me espera. Me lo como rapidísimo, me lavo los dientes y después me voy a mi cuarto. Necesito relajarme un poco. Cojo mi libro y continuo leyendo pero por más que lo intento no consigo sumergirme en la historia de Tessa y Hardin. Al final desisto y cierro el libro. Enciendo el portátil y mientras espero a que se encienda completamente oigo mi móvil sonar. Lo cojo y veo que es un número desconocido.

-¿Diga? -pregunto.

-¡Aria! Soy Sheena.-me responde con ilusión.

-¡Hola!-respondo sonriendo aunque se que no me ve.

Me alegra que me haya llamado. Se le ve buena chica y por lo poco que hemos hablado me cae bien. Tengo que empezar ha socializar con la gente y a hacer nuevos amigos y esta no es mala forma de empezar.

-Quería preguntarte algo...-dice.

-Pues pregunta.-le respondo amablemente.

-¿Te vendrias a una fiesta con migo este sábado?-pregunta.

Me sorprendo por su invitación. Hace mucho tiempo que no voy de fiesta con alguien. Bueno la verdad es que se podría decir que no he ido de fiesta en mi vida... Las fiestas a las que he ido eran las que hacíamos entre yo y mis amigas. Fiestas de niñas que dejamos de organizar cuando alcanzamos los quince años.

-Es que he pensado que como eres nueva y tampoco conoces mucho la ciudad pues podrías venirte a dar una vuelta conmigo y después por la noche irnos de fiesta juntas. Así también conocerás a más gente.-me explica.

-Claro me encantaría. -respondo.

-¿Enserio? Bien pues durante estos días vamos hablando y ya quedaremos en una hora.- me dice con una voz que expresa su felicidad.

-Vale perfecto.-le respondo.

-Bueno me tengo que ir, hablamos mañana Aria. ¡Adiós!- y cuelga.

Cuando dejo el teléfono sobre el escritorio lo hago con una sonrisa en mi cara. Me gusta la idea de ir de fiesta con Sheena. Un poco de locura no me ira mal. Lo único que falta ahora es conseguir convencer a mis padres. Si voy de fiesta necesitaré dinero y si quiero dinero tengo que pedírselo a ellos. Al menos hasta que encuentre un trabajo.

Salgo de mi cuarto y me dirijo al comedor. Mi madre está sentada en el sofá, viendo el reality de las Kardashian. Me siento junta a ella.

-Mamá.-le digo.

-Dime cariño.-me responde en un tono suave mientras mira el programa.

-Una compañera me ha invitado a una fiesta este sábado. Va a mi clase y estoy haciendo buenas migas con ella-le digo cruzando las piernas esperando su respuesta.

-Me parece bien hija. ¿A que hora es esa fiesta?-me pregunta ahora mirándome.

-Supongo que por la noche. Me ha invitado a pasar la tarde con ella para conocer más la ciudad y después iremos juntas a la fiesta. Nueva York es grande así que me ira bien ir a dar una vuelta con ella.-le respondo a mi madre.

-Siempre y cuando tengas cuidado a mi no me importa que vayas... Pero eso si, nada de beber ni de fumar ni cosas de estas Aria.-me dice esta vez con seriedad.

-Mamá ya sabes que odio el tabaco y tranquila, no pienso beber nada.-le digo sonriendole.

-Vale hija. Después se lo comentamos a tu padre. Estoy segura de que pensará lo mismo que yo.-me responde y se levanta.

-Mamá voy a necesitar dinero... Ya sabes, si vamos de compras por ahi lo necesito. Y entre el material escolar y más cosas pues me he quedado sin un duro...-le digo encogiendome.

Suspira y se gira.

-Deberías empezar a buscar trabajo, ya sabes que estas en tu último año de secundaria. Después pasaras a la universidad y querrás emanciparte y para ello necesitarás dinero.-me suelta el gran discursito.

-Sí mamá... Lo sé... En cuanto pueda me pondré a buscar uno.-le respondo sin muchas ganas.

Entonces me levanto y me voy a mi cuarto. Me paso la tarde adelantando deberes y consultando puestos de trabajo cerca de donde vivimos. Guardo algunas páginas de Internet y decido que el domingo ya lo miraré más detenidamente.

Llega la hora de la cena y entre mi madre y yo le explicamos a mi padre lo de la fiesta. Me da permiso como mi madre, y al igual que ella me suelta el discursito cuando le comento lo del dinero. A veces me pregunto como pueden ser tan iguales. ¿Quizá por eso acabaron juntos?

Después de recoger mis platos y limpiarlos me lavo los dientes y me voy a mi cuarto. Me acuesto cansada y nerviosa pensando en como será la fiesta de este sábado. Y entre pensamiento y pensamiento me quedo dormida. En mis sueños aparecen esos verdes ojos mirándome con rabia. Esos ojos que tanto me cabrean pero que a la vez me encienden.

IRRESISTIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora