Capítulo 3

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Me levanto dos minutos antes de que suene el despertador. No soporto eso. Cierro los ojos y espero a que suene la alarma. Al fin suena, me levanto y me dirijo al armario, el cual ordené ayer. Cojo unos vaqueros pitillo, una de las camisetas que compré ayer, mis Vans negras y me visto.

Voy al baño, me lavo la cara y me maquillo. Voy a la cocina y veo mi desayuno preparado. Me siento, me lo tomo y después voy a lavarme los dientes. Entro en mi cuarto, cojo mi abrigo y la cartera, me despido de mi madre y salgo.

Después de coger el autobús por fin llego al instituto. Lo primero que hago es ir a secretaria y esta vez si que me dan los libros, junto con la llave de mi taquilla. Miro el horario, a primera hora tengo Matemáticas. Sin ganas cojo el libro y lo meto en mi cartera, los demás los cojo para dejarlos en mi taquilla. Después de darme unas dos vueltas por los pasillos acabo encontrando mi taquilla. Guardo los libros, cierro y me voy a clase. 

Estoy a punto de llegar cuando veo a un grupo de personas que parecen rodear a algo o a alguien. Me acerco con curiosidad y veo a Nathan.

-Oye,¿se puede saber que pasa?- le pregunto con curiosidad.

-Una pelea, como no...- me responde con seriedad.

-¿Cómo?¿Quien se está peleando?-le pregunto preocupada.

-Harry, como siempre, y el otro será algún chico desafortunado al que Harry habrá elegido para divertirse.- dice con la misma seriedad de antes.

No se en que estaba pensando yo en ese instante, pero comencé a apartar a toda la gente y conseguí llegar al centro. Por un instante me he quedado parada al encontrarme con la misma mirada de ayer, pero es un poco diferente, hoy está repleta de furia. Sin pensarlo dos veces me interpongo en medio de aquel chico y la que es su víctima antes de que éste último reciba un puñetazo. Cierro los ojos y rezo para que el impacto del puñetazo sea flojo. Pasan unos segundos y al no notar ningún tipo de dolor los abro.

-¿Se puede saber que haces?- me pregunta mirándome con cara de asco.

Me quedo un poco cortada pero después saco lo que llevo dentro.

-¿Qué que hago? La cuestión es ¿que haces tu? ¡Tienes ya unos cuantos años como para ir peleandote por ahi como hacen los críos! -le respondo intentando aparentar la máxima seguridad posible.

Mientras hablamos,  el chico que estaba a punto de recibir un puñetazo se escurre entre la multitud y desaparece.

-¿Y a ti que coño te importa lo que haga o deje de hacer?-me grita.

-¡Primero de todo a mi no me grites!¡Y segundo a mi me importa lo que me da la gana y no es plan de que vayas apalizando a la gente de esta manera!-le grito yo de vuelta.

-Mejor que me dejes en paz si sabes lo que te conviene, bonita- me dice con tono de superioridad.

Si ya no me gusta cuando mi padre me dice bonita, cuando procede de alguien como el me gusta menos.

-Te dejaré en paz cuando me venga en gana, y no me llames bonita. -le respondo con la peor cara que puedo poner.

En ese momento aparece un profesor que disuelve el gran grupo de gente que se había formado. Después de compartir un par de miradas más de asco con ese individuo vuelvo con Nathan. Cuando llego me mira asombrado y está con la boca abierta.

- Estas loca... Eso ha sido asombroso pero también ha sido una gran locura.- me dice con una media sonrisa.

-Me gustan las locuras.-le respondo sonriendole de vuelta.

-Anda vamos para clase, con suerte Harry faltará unas cuantas horas si es que no falta todo el día.-me comenta.

Y me dirijo a clase pensando en el buen comienzo de curso que he tenido y en si volveré a encontrarme con esa mirada tan intensa. No puedo evitar que el corazón me de un vuelco cada vez que pienso en ella. Harry... un nombre bonito. Me gusta. ¿El nombre o él? Y entonces me doy cuenta de que verdaderamente me estoy volviendo loca.

IRRESISTIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora