19 | The sun, the moon and the truth.

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| El sol, la luna y la verdad.

—Ustedes no irán a México —sentencia papá después de cerrar la puerta de su oficina en la estación de policías, señalándonos a mi hermano y a mí con una seria mirada de advertencia

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—Ustedes no irán a México —sentencia papá después de cerrar la puerta de su oficina en la estación de policías, señalándonos a mi hermano y a mí con una seria mirada de advertencia.

—Papá, secuestraron a Scott y a Kira y los llevaron a México —le recuerda Stiles—. ¿Entiendes? Creo que esa es una buena razón para hacer un viaje a México.

—Bien —suspira papá, colocándose detrás de su escritorio—. Incluso si Deaton tiene razón sobre esto...

—Sí.

—... lo mejor es ir por los canales correctos.

—Papá —protesto rápidamente.

—Eso significa llamar a los organismos de orden público —expresa—, a la patrulla de fronteras, a los medios.

—Papá, no podemos esperar a que se sigan los pasos burocráticos para luego ir a recorrer oficinas públicas. ¿Sabes? Alguien debe ir allí, encontrarlos y rescatarlos. Yo iré, nosotros lo haremos —manifiesta Stiles, señalándose a sí mismo y a mí.

—Puedo evitar que vayan —asegura papá.

—Encontraríamos la forma.

—Puedo encerrarlos en una celda.

—Yo podría sacarnos de allí —expongo con obviedad.

—Chicos, por favor —suspira papá, rodeando su escritorio para colocarse frente a nosotros—. Miren, solo denme un poco más de tiempo para confirmar algo que sea un poco más concreto ¡qué una visión psíquica de un tipo con un tercer ojo! —chilla en un tono bajo—. Llamaré a todos los organismos de orden público que haya desde acá hasta Sudamérica. Si no consigo nada, entonces reservaré tres vuelos a México. Iremos juntos, ¿sí? —propone con suavidad.

—Bien, de acuerdo —acepta Stiles—. ¿Tendré un arma?

Papá lo mira raro y después de mira a mí, preguntándome en silencio si Stiles está hablando en serio, y asiento con la cabeza porque habla muy en serio.

—No —contesta papá con seguridad—. Váyanse a casa, ¿bien? Tengo trabajo que hacer.

—Adiós papá —me despido, empujando a mi hermano a la salida y cerrando la puerta detrás de nosotros. Hay varios oficiales haciendo su trabajo, pero no hay señal alguna de Parrish por ningún lugar.

—Iremos a México, ¿verdad? —me pregunta mi hermano, caminando a mi lado hacia la salida de la estación de policía.

—Evidentemente —confirmo, asintiendo con la cabeza.

Quiero a mi papá y desobedecerlo me hace experimentar una sensación de pesadez en el pecho, pero no hay manera en la que nos quedemos de brazos cruzados mientras dos de nuestros amigos pueden estar en riesgo.

death | #5 | teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora