death | #5 | teen wolf

8 | You're not a monster.

| No eres un monstruo.

—Hombres lobo —murmura Liam lentamente, señalándonos a Scott, Isaac y a mí con una mirada inquisitiva. Asiento con la cabeza, todavía de pie cerca de él, y lo veo imitar mi gesto antes de seguir con las chicas a un lado del Alfa y mi novio—. Mujer coyote. Banshee. Y, ¿zorra? —le pregunta a Kira con inseguridad.

—Kitsune —le corrige ella, a un lado de Lydia, un tanto avergonzada—. Pero zorra está bien.

— ¿Qué eres tú? —le pregunta a Stiles, señalándolo con la cabeza.

—Por un tiempo, estuve poseído por un espíritu diabólico. Era muy diabólico.

— ¿Qué eres ahora?

— ¿Qué eres ahora?

—Estoy mejor.

— ¿Eso es para mí? —Liam señala las cadenas dentro del bolso encima de la mesa de centro.

—No, son para mí —responde Malia, iluminando sus ojos.

— ¿Cómo hiciste eso?

—Aprenderás —aseguro, atrayendo su atención—. Pero primero, debes pasar la luna llena.

—La luna ya salió —comenta lo evidente.

—Y estás empezando a sentir algo, ¿no? —pregunta Isaac.

—Siento como si me rodeara un grupo de lunáticos —masculla con molestia, su ritmo cardiaco comenzando a acelerarse—. Son unos dementes. No sé cómo hiciste eso, pero no me importa —le dice a Malia—. ¡Me voy ahora mismo! Si alguien trata de detenerme, juro por Dios, que voy...

Liam deja de hablar para soltar un grito desde lo más profundo de su garganta y se lleva las manos a ambos lados de la cabeza, gimiendo por el dolor y mirando en todas las direcciones posibles.

— ¿Qué te pasa, Liam? —Me apresuro a acercarme a él.

— ¿No escuchan eso? —gimotea.

Frunzo el ceño y miro la ventana cuando una luz atraviesa el cristal y choca contra mi piel, anunciando la presencia de más personas. Liam al suelo cae sobre sus rodillas y me agacho frente a él, mis manos tomando las suyas para reconfortarlo.

— ¿Le contaste a alguien sobre esto? —inquiere Lydia.

—A mi amigo Mason —contesta. Le lanzo una mirada a mi mejor amiga y luego la regreso a Liam, que me mira con esfuerzo—. Dijiste que era una fiesta —justifica.

—Está bien, no es tu culpa —afirmo, tratando de calmarlo.

— ¿A quién invitó Mason? —indaga mi hermano, alarmado.

—A todos —responde Scott, mirando por la ventana.

Liam gruñe animalmente y sus garras salen, rasguñando el suelo cuando aprieta sus manos en puños.