death | #5 | teen wolf

10 | Brett Talbot.

| Brett Talbot.

Caitlin.

—Te ves tan lindo —elogio a mi hermano, acomodando la camiseta de lacrosse sobre sus hombros y pellizcando una de sus mejillas.

Parker truena la lengua y aparta la cabeza bruscamente, liberándose de mi agarre y tomando el casco que Allison le tiende. Isaac Lahey se ríe abiertamente de él y poco después su risa es opacada por un quejido cuando su novia lo golpea, mascullando algo respecto a no ser grosero, y causando que sea el turno de mi hermano de reír antes de ser regañado por Allison.

Suelto una risita ante la escena, disfrutando del amor joven de la pareja frente a mí y la extraña relación que mi hermano y Allison mantienen desde comienzos del año pasado, cuando él abandonó Francia para perseguir a un Alfa. Se siente como si eso hubiese sucedido hace una eternidad cuando realmente apenas habían transcurrido doce meses, pero la vida de este montón de adolescentes es demasiado caótica.

Los siete estamos a un lado de las gradas, con los últimos rayos del sol iluminando el cielo sobre nuestras cabezas y tiñéndolo de tonos anaranjados y violetas que están a poco de convertirse en tonos azulados. El partido de lacrosse está a un par de minutos de empezar y, aunque lo lamento profundamente, tendré que perdérmelo.

Chris estaba genuinamente curioso acerca del porqué de la presencia de Kate en la bóveda familiar de los Hale la otra noche y planeaba perderse el primer partido de mi hermano para investigar, pero yo me ofrecí a hacerlo en su lugar. Derek Hale y Parker nunca van a llevarse bien, todos sabemos eso, pero yo no comparto su completamente racional odio hacia el sujeto que en su adolescencia amó a nuestra prima y quien tuvo que matarla para aliviar su dolor.

Perderme el partido no me satisface, mucho menos teniendo en cuenta que hay un asesino en el equipo el cual puede matar a algunos de los chicos en el campo cuando el juego empiece, pero Chris es capaz de proteger a los chicos si algo pasa y, aunque no quiera admitirlo, sé que Parker está ilusionado con la idea de que Chris esté allí en su primer juego.

—Tengo que irme —anuncio, mirando la hora en mi teléfono y alzando la mirada para ver a los tres sobrenaturales frente a mí—. Tengan cuidado allá afuera, ¿sí? En especial ustedes dos —recalco, mirando a los chicos.

—Lo tendremos —promete Parker.

—Si algo sucede, llámame —le pido a Chris, mirándolo.

Él asiente y me despido velozmente de todos, girándome sobre mis talones y yendo a las afueras de la escuela mientras el cielo se oscurece y los minutos pasan. Derek está frente al letrero de piedra cuando llego, mirándome por encima de su hombro y enterrando sus garras en un círculo que hay en el concreto, girándolo y provocando que la piedra enorme del letrero se mueva.

Lo sigo escaleras abajo y me mantengo a un costado de la entrada cuando llegamos a la bóveda de su familia, mirando todo con interés, pero sin atreverme a acercarme y tocar lo que sea. Él está dándome la espalda, revisando algo en una de las múltiples estanterías del lugar.