•TEAR ~ [JIKOOK]•

19. Completamente rotos

La semana de clases siguió como de costumbre. Jimin seguía sin hablar del todo con Jungkook, más que sólo alguna palabra sucia para hacerle saber que quería tener sexo.

Ninguno de sus amigos había visto cómo ellos se habían peleado en la fiesta, de haberlo sabido los hubieran regañado, aunque ahora ya los cinco amigos sabían sobre lo suyo, y entre alguna charla que otra, notaron que las cosas estaban complicadas. Ellos intentaban romper el hielo, bromear y hablar de tonterías como siempre, pero Jimin y Jungkook hablaban lo justo y necesario, cada uno con su celular o sus libros, sin prestar mucha atención al entorno.

No faltaba mucho para los próximos exámenes, por lo que la presión del estudio comenzaba a sentirse nuevamente, eran semanas estresantes.

Jimin y Jungkook pocas veces compartían momentos como antes. Las veces que se cruzaban en su apartamento no hablaban, no se comunicaban. Cuando antes los temas de conversación sobraban, ahora el silencio los inundaba. La casa estaba fría, porque carecía de las carcajadas de Jungkook y las risas adorables de Jimin. Ya no se les escuchaba si quiera quejarse de lo desordenados que eran, peleándose al jugar video juegos, haciendo apuestas y dando gritos de victoria cuando uno de ellos le ganaba al otro.

La cámara de Jungkook había permanecido intacta, sin tomar fotografías por una semana entera, porque no sentía que hubiera algo bueno que fotografiar, algo bueno que documentar. Estaba desganado y sólo se encerraba en su habitación a intentar leer o estudiar hasta que llegaba Jimin del trabajo a desquitarse con él. Él hacía lo mejor que podía, incluso aunque se sintiera cansado, aunque sintiera que le faltaba el aire porque la angustia le invadía, le permitía a Jimin el volcar en él todos sus males, e incluso llorando con él.

El humo de la marihuana y el olor a alcohol se había hecho cotidiano en la casa. Luego de mezclar ambas sustancias era cuando el momento del sexo venía, y algo que Jungkook podía ver en el pasado como un acto amoroso, ahora era frívolo y despiadado. Suponía que eso se merecía.

Por las madrugadas despertaba, porque se sentía inquieto, se sentía asustado, no sabía de qué pero era como si algo no le dejase dormir completamente. Abría sus ojos en medio de la noche y veía a Jimin sentado en la cama, con su espalda descubierta, mirando a un punto perdido en la nada y fumando. Se preguntaba qué estaría pensando, qué sería lo que pasaba por su mente en aquel momento. Quizás era lo mismo que le sucedía a él, el miedo de lo inesperado, de lo impredecible. El miedo de un futuro incierto, de algo que ellos ni siquiera podían ver porque en ese momento, en su presente, tampoco veían nada. Porque había momentos donde Jungkook se preguntaba qué demonios estaba haciendo con todo, y se preguntaba en qué momento todo había dejado de sentirse bien para sentirse mal.

Le hubiera preguntado en qué pensaba, pero prefería guardar silencio y fingir dormir para acallar sus ganas de llorar. Pasaría unas tres o cuatro horas hasta quedarse dormido, porque no podía estar tranquilo hasta que Jimin no se acostara nuevamente y le escuchara respirar plácidamente en señal de que ya estaba dormido.

Las cosas en el trabajo de Jimin iban de mal en peor. Había querido tomarse unos días para poder estudiar y despejar su mente, aunque quedarse en su casa con Jungkook no era mejor idea, pero que necesitaba no ir al laboratorio por varios días era un hecho, más con Taemin allí.

- Jimin, mira... no tenía ni la más pálida idea de lo tuyo con Jungkook... yo-

- No hay nada entre él y yo – le paró en seco sin mirarle mientras preparaba el material para hacer su trabajo y anotando cosas en su cuaderno.

- No parecía eso... - comentó algo dudoso. Esta vez, Jimin le miró dedicándole un par de ojos amenazantes.

- Mis asuntos con Jungkook no te incumben.