•TEAR ~ [JIKOOK]•

28. Una galaxia entera (FINAL)

La casa estaba a oscuras y lo único que iluminaba las habitaciones eran las luces de la calle que entraban por las ventanas y se reflejaban en el suelo y muebles del lugar. Gracias a ello, no había sido necesario encender las luces en absoluto.

Dejaron sus cosas en el living y se dirigieron a la habitación de Jungkook en silencio, probablemente porque ambos tenían un mar de sentimientos chocando como olas en su interior y estaban por encargarse de aquello.

Ambos entraron a la habitación del pelinegro, aquella que había sido de su propiedad desde que se había mudado. Cerraron la puerta y permanecieron unos segundos mirándose sin decir nada en absoluto, sólo conectando sus miradas. Incluso aunque ese no fuera su hogar, Jimin sentía como si lo fuera, el olor de Jungkook se desprendía de todo el lugar, transportándolo a las épocas cuando vivían juntos, como si un simple aroma pudiera enviarlo de vuelta a un lugar y un momento específicos, era nostálgico.

- ¿Qué pasará luego de esto? – preguntó Jimin, rompiendo el silencio.

- ¿Es necesario saberlo ahora? – preguntó. El castaño sonrió desviando su mirada al suelo. Se acercó a paso lento, posicionándose frente a Jungkook.

- Es sólo que no quiero que luego de esto, o lo que sea, decidas no seguir más conmigo...

- Me dijiste de intentarlo, Jimin.

- Lo sé... - su sonrisa ahora era triste – pero siento que no podría soportar si te vas, sabes... si vuelvo a sentirte... no soportaré cuando tenga que dejarte ir...

- Entonces, no me dejes ir – le sonrió, viendo los ojos esperanzados de Jimin, quien no tardó en posar sus labios sobre los de él con una presión delicada.

- Vas a tener que ser paciente hoy...- susurró sobre sus labios – cierra los ojos.

- ¿Qué vas a hacer...? – preguntó intentando contener una risita, aun así obedeció y cerró los ojos.

- Recuperar el tiempo perdido... tomarme mi tiempo para hacerte todo lo que no te hice estos años... y de la forma que siempre te lo mereciste... - habló de una forma tan apacible que Jungkook sintió su cuerpo estremecerse por completo.

Jungkook notó los labios esponjosos de su amigo apoyarse en su cuello, dándole besos cortos intercalados con lamidas y luego con pequeñas succiones. Chupaba parte de su perfumada y delicada piel con cuidado, sacándole dulces suspiros, estirando su cuello hacia un costado para dejarle el paso libre. El lóbulo de su oreja también fue humedecido por la lengua de Jimin y lo mordió a penas, dándole una sensación más que agradable.

Volvió a su boca y lo beso lento, intenso pero con una lentitud digna de alguien que quería grabarse en su mente los labios contrarios para jamás olvidar cómo sabían y cómo se sentían. Los labios de Jungkook eran irresistibles para el castaño, eran suaves, delicados, bonitos, como todo él.

Sus manos comenzaron a levantar la remera de Jungkook lentamente hasta quitársela del todo, y bajo las órdenes de Jimin, Jungkook permaneció con los ojos cerrados. Volvió a sentir esos labios en su cuello, los cuales poco a poco fueron bajando, por su clavícula, por su pecho, mientras él respiraba profundo y comenzaba a agitarse por todas las sensaciones que tenía ahora en su cuerpo. Sintió que los besos pasaron de su esternón a su pezón derecho. Dio un respingo por la sensación placentera y sorpresiva que sintió al notar aquella lengua caliente y húmeda frotar su pezón con lentitud. Hacía círculos con su lengua alrededor de la sensible piel y luego chupaba con la fuerza necesaria para erizarle la piel. Como un reflejo apoyó sus manos en los hombros de Jimin quien tenía sus manos sobre las caderas del más alto.