6. Una galaxia sólo contigo

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Jungkook salió de aquella habitación corriendo, disculpándose con la gente que había empujado en su intento por desaparecer del lugar, sólo quería que la tierra le tragase, porque ya estaba pensándose en si era mejor tomar alcohol para soltarse y dejar de pensar en estupideces. Se iba a volver loco con ello pero las memorias que intentaba enterrar simplemente volvían cuando menos lo quería.

Tenía miedo, se alejó de la gente y miró hacia todos lados, buscando a su amigo, a aquella persona para poder volver a sus cabales porque le estaba temiendo a todo otra vez. Se detestaba.

Se imaginó que él probablemente estaba ya teniendo sexo con alguna chica, y se sintió aun peor, porque malditamente quería estar con él en ese instante, quería que le hiciera compañía, porque sólo Jimin lo conocía tan bien como para decirle las palabras indicadas para que él dejara de temblar y pudiera respirar. Sólo quería verle, ver su rostro y escuchar su voz, era su santo remedio.

La vida en la universidad sería difícil, y era un idiota, daba asco, porque no podía ser que no fuera capaz de acostarse con alguien, y de ser un maldito asqueroso al que le gustaban los hombres aún después de lo que le había sucedido. Era una maldición, su destino distorsionado y malicioso. Si Dios existía, claramente se estaba riendo de él.

¿Qué había hecho para merecer eso?

Sintió cómo una gran presión en su pecho se había hecho presente, abrumándolo y se aprisionó contra una esquina, mientras la música estaba fuerte y todo el mundo bailaba, él lloró, dejándose caer y agachándose, abrazándose a sí mismo.

Aquel chico que había abandonado en la habitación probablemente le tomaría odio y repudio, y hasta quizás esparciría algún rumor estúpido sobre que era un maldito virgen. Y es que realmente desearía haber sido virgen y perder su virginidad como una persona normal, pero eso no estaba escrito en la historia de su vida.

- Jungkook – unas manos se posaron sobre sus hombros. Levantó su rostro cubierto de lágrimas – Hey... ¿Qué pasó?

- No puedo... - cubrió su rostro con sus manos, odiándose por ello.

- Por favor, dime que nadie te hizo nada – le tomó del rostro, secándole las lágrimas. Su amigo negó con la cabeza, y llevó la manga de su ropa a su rostro para secarse mejor.

- No... no pasó nada.

- ¿No pudiste hacerlo con ese chico? – le preguntó, entendiendo la situación. Le peinó el cabello, despejando su rostro. Jungkook cerró los ojos, sintiendo las caricias – Vamos a casa, a la mierda esta fiesta.

- No, no tienes que irte por mí – Jungkook odiaba ser siempre un estorbo para él.

- Si tú no estás cómodo aquí no me importa esta fiesta. Vamos a casa.


No tardaron en tomar el auto y manejar hasta su departamento, donde ya habían llevado un mes.

Las cosas estaban bien generalmente, pero Jungkook se rompía cuando algo relacionado a aquel suceso golpeaba su mente, encontrándolo con la realidad. Simplemente era algo que deseaba poder olvidar, poder arrancárselo, pero estaba tan arraigado a él y recordaba todo tan bien en mente y cuerpo que le hacía volver a temblar y perder el sueño.

Llegaron al departamento y Jimin se encargó de preparar unas bebidas calientes para ambos, café descafeinado porque les ayudaría a calmarse y a conciliar el sueño.

- ¿Estás bien? – le preguntó una vez que habían ya pasado un largo tiempo en el sofá, tomando el café y en silencio. Jungkook lo había dejado a un lado, casi por la mitad, sin haberlo terminado. Jimin hizo lo mismo – Bueno... sé que no lo estás pero... ¿Cómo te sientes?

•TEAR ~ [JIKOOK]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora