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—La luz de tu mirada.—
—Por favor ________, cúbreme el día de hoy. — una suplicante amiga le pedía a la chica que cubriera su turno en el hospital.
—Pero no soy enfermera como tal. — la pelinegra sonrió algo nerviosa — aun estoy como pasante y no sé sí... —;
—Claro que podrás eres estupenda y lo has demostrado, es más — su compañera se acerco y susurro. — el doctor Hamadi tiene un buen concepto de ti, y le escuche decir le gustaría que fueras su asistente. — la chica se sonrojo sin medida y le dio un leve golpecito en el hombro.
—Deja de decir estupideces, está bien te cubro, pero que no se te haga costumbre ¡eh! — sonrió y su amiga la abrazo con fiereza.
—Claro que no, lo prometo; Nos vemos ________— la chica salió corriendo, pues al parecer la niñera había salido de viaje y le había avisado pero su olvidadiza amiga no consiguió una a tiempo y pidió un día libre de improvisto.
—Bueno a trabajar— suspirando, aliso la falda de su uniforme, sacudió cualquier rastro de polvillo de su blanca blusa y acomodo aquel molesto accesorio que la identificaba con una "enfermera" aunque solo fuera una joven pasante de intercambio la habían acogido amablemente, le habían enseñado que a esas alturas en su facultad aun estaban por ver, para resumirlo ya la trataban como una colega más.
—________, rápido acaban de traer a un chico con heridas en sus ojos. — sin pensarlo la joven corrió al lado de su compañero.
—¿Ya está aquí o viene en camino? — preguntó con cierta ansiedad una herida en los ojos no es nada sencillo y mucho menos fácil de atender.
—Esta aquí, pero el oftalmólogo tardará en llegar, así que debemos hacer lo mejor posible por salvar sus ojos y hacer el chequeo correspondiente. —
[...]
—Buenos días Kakyoin. — saludo la fémina, pues sí, ella había quedado como su guardiana y lo estaría atendiendo el tiempo necesario.
—Buenos días _______ — la chica dio una leve sonrisa con un pequeño rubor escondido.
—¿Cómo sabías que era yo? — la chica se acercó para comenzar a quitar las vendas, limpiar suavemente las cicatrices y cambiar las susodichas vendas por unas nuevas y limpias.
—Fácil, tu voz es única _______-chan — al escuchar eso la chica enrojeció de ternura y vergüenza, la pelinegra llevaba con él tres días de cuidado, todo era muy fácil puesto a que el chico daba todo de sí por mejorar. — es tan sonora y hermosa, y apuesto que tu igual eres hermosa. — Basta, si un doctor entra a la habitación no encontraría a la enfermera _________, pero si a un tomate andante y tembloroso.