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—¿Inocencia?—
Muhammad Avdol, es un hombre serio, analizador, inteligente, responsable, — sobre todo atractivo. — pero quien diría que ese hombre a veces estoico y a veces —a su manera. — divertido, sería tan inocente y tímido en tema de relaciones y ni hablar sobre sexualidad y todos se dieron cuenta por dos motivos.
La primera sucedió hace un mes cuando Polnareff tan discreto como siempre saco una revista para adultos mostrándola al grupo provocando un enorme sonrojo, acompañado de alguna que otra sonrisa nerviosa, mientras se cubría la cara. Pero también su novia tan discreta como Polnareff le preguntó "Inocentemente"
—¿Te gusta la ropa interior con encaje? — _______ sin un rastro de pudor en su rostro observaba atenta la página que Polnareff mostraba, para después mirarlo a ver con una sonrisa ladina seguido de un guiño, que este solo respondió con repetido asentimiento de cabeza para que dejaran de molestarlo, ahora parecía que iba a explotarle la cabeza de tan rojo que se encontraba.
La segunda fue hoy, cuando quiso darle la sorpresa a Avdol de estar en la dichosa ropa interior de encaje, en donde literalmente le aventó una sábana a su novia y esta donde no podía ver se cayó alertando a todo el grupo que regresaba de almorzar, justo para irlos a buscar, tocaban la puerta tan fuertemente y con desesperación — pensando que algún ladrón quería herirlos o que al menos el moreno defendía con capa, espada y puños a su novia. — que al no ser abierta Jotaro la derribo encontrando a Avdol con un sonrojo enorme mientras que su amada ________ se levantaba del piso con algo de vergüenza y enojo, y Kakyoin se dio cuenta y discretamente la siguió.
—¿Sucede algo ________? — la chica negó, mientras que la chica se cubría a cómo podía con la sábana blanca. — sabes que puedes confiar en mí. — Esta suspiro y volteo a verlo.
— Bueno sé que estamos de vacaciones, que todos trabajamos duro para salir un rato de la empresa y demás, pero... quisiera intentar algo más con Avdol, llevamos un año de relación y no pasamos de ligeros besos, acompañados de alguno que otro abrazo, todo por su inocencia o por su miedo a algo que ni yo sé. — el pelirrojo escuchaba con atención a la morena. — lo amo Noriaki, pero desearía que fuera más abierto conmigo, que podamos hacer más cosas juntos sin que su pena se vea conflictuada. — no estaba triste, pero si molesta consigo misma, obligaba a su pobre novio a hacer cosas que probablemente no quería, o no se sentía listo para hacer. — Kakyoin puedes traerme ropa. — el masculino asintió y paso directo al armario que compartía con Muhammad, pudo escuchar en su travesía como el viejo y Polnareff hablaban con el moreno, y Jotaro solo se encontraba expectante mientras le daba una calada nuevamente al cigarrillo que tenía en la mano, vio como todos salían y volvió a dirigirse a la joven que con una leve sonrisa le agradeció y la dejo sola.
[...]
La joven desempacaba sus cosas, se había cambiado de habitación lo hizo mientras los chicos se habían ido quien sabe a dónde, ya era de noche, no había tenido tiempo de salir y decidió ir a la a la piscina un momento, con traje de baño puesto y arriba de este un lindo camisón que resaltaba sus curvas ligeramente.
