Destino 💫 (kookmin)

Capítulo 2 💫

Firmé el contrato. Por su puesto que lo hice, no soy tonto.

Había unas cláusulas un poco extrañas que sinceramente no comprendí mucho, nada que no pudiera manejar.

Así que aquí estoy, en el carro con Namjoon Hyung a punto de entrar a la casa del señor Jeon, alias "El hermoso hombre con el que soñé la noche anterior".

Si, ahí también se veía increíble, aunque no recuerdo mucho del sueño, sólo lo recuerdo a él y una voz grave que me hace estremecer solo de recordarla.

En fin volviendo al presente.

Uno pensaría que siendo millonario viviría en una mansión que abarca una calle completa, con seguridad privada y perros asesinos...pero no es así, se trata de una linda casa de dos pisos, perfecta para que tres o cuatro personas vivan cómodamente, con un jardín grande y protegido con una simple reja de acero, nada extravagante ni ostentoso.

Por si se lo preguntaban, no, el presentimiento no se ha ido, incluso se hizo aún más fuerte esta mañana, la ansiedad me está matando.

La reja es abierta de forma automática con un ruido agudo y fuerte que me provoca querer taparme los oídos, pero no lo hago.

Sigo a Namjoon Hyung mientras mis ojos no paran de analizar cada  rincón que veo, en verdad es una casa linda, la fachada no tiene nada especial, pero se nota que constantemente se le da mantenimiento.

Hyung no se toma la molestia de tocar la puerta y entra directamente con mis ojos sobre él en una expresión de duda.

Lo sigo de cerca y de nuevo no puedo evitar analizar todo, esta vez en una perspectiva totalmente nueva.

El interior es increíble, lleno de tecnología por donde mires, toda la decoración es blanco y negro, excepto por las plantas que se encuentran estratégicamente acomodadas logrando un balance de color que me tiene saltando de alegría, el piso de madera negra que a la vista se nota suave y resistente, todo está perfectamente acomodado de una manera minimalista dándole una tranquilidad impresionante a mi toc* interior.

¿Cómo se consigue un lugar así?

Nos dirigimos a lo que parece ser la sala y me siento siguiendo los movimientos de Hyung que se mueve como si está fuera su casa y no la de el cliente más importante que hemos tenido.

No hay mayordomo, ama de llaves, ni nada por el estilo, comienzo a sentirme un poco decepcionado, admito que esperaba algo tipo Bruce Wayne (Batman).

Con el profesionalismo que caracterizan a Kim Namjoon saca una carpeta de su portafolios y comienza a hojear, sé que debería hacer lo mismo o al menos fingir que lo hago.

Pero mi corazón va a mil por hora, mis ojos observan cada cosa en la habitación intentando distraerme y mis manos no paran de frotar la suave tela del sillón blanco en el que nos encontramos.

Esa sensación que me persigue desde ayer está peor que nunca y temo que en cualquier momento me pueda desmayar o salir corriendo víctima de un ataque de pánico.

- ¿H-Hung?

Lo llamo para llamar su atención.

- ¿mh?

No levanta la mirada de los papeles pero sé que tengo su atención.

- ¿El señor Jeon tardará mucho? - me acerco un poco más a él para susurrar - Necesito ir al baño.

Al fin logro tener su completa atención y me mira como si le hubiera dicho que me acabo de orinar en los pantalones.

- No lo sé, normalmente me hace esperar unos minutos - su mirada se dirige a un pasillo a nuestra derecha - Ve, no creo que le moleste, es la última puerta al final de pasillo.

- Genial, gracias Hyung, vuelvo en un segundo.

Me levanto y casi corro en la dirección que me indicó, por supuesto sin perderme un solo milímetro de esta maravillosa casa.

Llego a la última puerta, negra por supuesto, y dentro encuentro un baño completo minimalista más grande que mi cuarto entero, el espejo abarca toda una pared, incluyendo parte de la regadera, cosa que inmediatamente me hace pensar en un mundo de posibilidades.

Sacudo la cabeza, no es ni el momento ni el lugar para dejar a mi sucia imaginación volar libre.

Abro el grifo y me mojo la cara con las manos, necesito calmarme y concentrarme, esta es mi primera reunión con el señor Jeon y no puedo arruinarlo, "las primeras impresiones no se pueden repetir", es una de las frases favoritas de mi mamá.

Respiro hondo y exhalo tres veces con los ojos cerrados, intentado calmar un poco mi corazón y de paso despejar mi mente.

La sensación de que algo va a pasar sigue ahí, pero no puedo hacer nada mas que tratar de ignorarla como lo he estado haciendo desde el día en que apareció.

Me seco la cara y manos con la toalla más suave que he sentido jamás, respiro viendo mi reflejo y me digo a mi mismo que yo puedo hacer esto, es mi oportunidad para demostrar que soy profesional y que no me equivoque de profesión.

Con un último - Fighting - a mi mismo, salgo del baño y sigo el mismo camino para llegar a la sala como si hace un momento no hubiera entrado en crisis.

Al dar vuelta para entrar al espacio donde supongo sigue Hyung sentado, me detengo abruptamente.

En mi camino, a unos pocos metros se encuentra el hombre más atractivo, imponente y perfecto que haya visto jamás, sus ojos, negros como obsidiana me miran con intensidad, intimidándome y a la vez invitándome a mantener el contacto visual, es alto, mucho más que yo y apuesto que le gana por unos centímetros a Hyung también, siento la necesidad de analizarlo de arriba a abajo, pero no lo hago por dos razones.

Uno: No puedo despegar mis ojos de los suyos, simplemente no puedo.

Dos: Sería muy grosero y poco profesional de mi parte.

El señor Jeon parpadea y siento como si me liberara del hechizo que me mantenía preso de sus ojos, permitiéndome respirar tembloroso pero a un ritmo relativamente normal, ni siquiera me había dado cuenta de que dejé de respirar por unos segundos.

Me analiza sin expresión alguna y yo hago lo mismo aunque más discretamente, al menos eso creo.

Reacciono al escuchar la voz de mi compañero / jefe a lo lejos, llamándome.

Rápidamente hago una media inclinación y me presento con la voz y actitud más profesional que puedo.

- Buenos días, Señor Jeon, Mi nombre es Park Jimin, trabajaré en su caso junto a Kim Namjoon. Gracias por recibirnos en su hogar.

Mantengo la postura esperando su respuesta, pasan segundos pero yo lo siento como horas.

Hasta que lo escucho y mi mundo se pone de cabeza.

- Un placer, Park Jimin.

Es la misma voz grave y sensual que escuché en mi sueño.

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*Trastorno Obsesivo Compulsivo

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¡Nos leemos!