Caminamos lentamente en dirección a los establos, todo parecía hecho un caos, las personas corrían de un lado a otro, si teníamos suerte podríamos pasar desapercibidos para tomar unos caballos. En Ankara se movía la incontrolable magia de Madame Lilith, brotaba salvajemente de la tierra queriendo encontrar un lugar al cual pertenecer, el exceso de magia maldita tenia a la población aterrada.
—¿Estás seguro de que no hay otra manera de salir de aquí? —pregunto.
—Necesitamos los caballos para transportarnos, no sabes desvanecerte así que no tenemos otra opción, con suerte si usamos un hechizo de olvido nadie se dará cuenta de que somos nosotros.
—Está bien—digo—. Entonces olvido será.
—ut obliviscatur —murmuro despacio—. Vamos.
Camino a lado de Tyre, las personas que pasan a nuestro alrededor tienen cara de desconcertados, se encuentran tan ocupados en su camino que ignoran a dos prófugos, seguimos nuestro camino hasta llegar a los caballos, antes de poder desatar alguno, nos damos cuenta de que no estamos solos.
—Dejar morir a tu abuela, es algo muy bajo, incluso para ti Marah—. La ceja derecha de Sigurd, tiene un corte por donde todavía le corre un poco de sangre —.
Ahora todos entendemos porque pasabas tanto tiempo con ella Tyre, ¿Le preguntabas consejos para cómo sobrevivir estando maldito? Porque eso es lo que tienes con la marca, una maldición.
—Solo déjanos ir Sigurd —. Mis palabras parecieron no hacer efecto alguno en ella.
—Soy la guardiana de Ankara, ¿Por qué dejaría ir a dos que cometieron traición a su congregación?
—No queremos hacerte daño—. Dijo Tyre
—¿Hacerme daño? Un silbido mío y estarán acabados.
La empujo contra la pared, mi mano izquierda se encuentra presionando su garganta mientras que la derecha sujeta la daga, la parte mas preciada de su cuerpo se encuentra bajo mi brazo, el núcleo de su poder.
—Toma los caballos Tyre—. Le ordeno.
— ¿Qué vas a hacer Marah?, ¿rebanarme la garganta para que muera desangrada? Sabemos las dos que no tienes las agallas para eso.
—Tal vez hoy si tenga las suficientes.
Hago un corte lo suficiente profundo como para dañar sus cuerdas vocales, se acabaron las melodías de Sigurd. Sus ojos se abrieron tanto al ver lo que había hecho, afloje mi fuerza sobre ella, esta se resbalo poco a poco de la pared hasta detenerse sobre la tierra, aunque no podía pronunciar ni una palabra más, sabía que era lo que deseaba decir y no era nada bueno.
Tyre apareció con dos caballos negros, al subirme a uno de ellos, sabía que no existía en mi ningún remordimiento por todas las cosas que hice aquí, Sigurd puede rezarles a sus muertos en su mente, pero ya no mas con voz.
Al cruzar las puertas de Ankara, no hubo dolor, ningún daño sobre mi cuerpo apareció, ya no tenía ninguna maldición con la cual cargar.
Cabalgamos por horas, mis piernas se encontraban adoloridas, tendremos que descansar en algún punto, pero no podemos detenernos, necesitamos estar lo mas lejos posible de Ankara. Cuando por fin consideramos que estábamos a una distancia larga, nos detuvimos cerca de un arroyo a descansar.
La cara de Tyre, se comenzaba a hinchar, el no mostraba ningún signo de dolor, es la persona más fuerte que conocía después de Madame Lilith, pero ella ya no se encontraba conmigo, es curioso como una persona puede estar en un momento y al siguiente ya no existir.
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La maldición de Marah
FantasyLa familia de Marah Bach ha sido maldita desde siglos atrás para permanecer en el Aquelarre de Ankara, obligada a suprimir su magia desde que nació, busca poder escapar para encontrar su libertad. En un mundo donde todos te dicen que el único error...