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Niall

Me desperté con un poco de dolor de cabeza, ayer después del primer concierto en Sao Paulo fuimos al bar a tomar algo, y tal vez tome de más. Decidí darme una ducha, para ver si eso alivia un poco mi malestar.

No pude evitar reírme al recordar como Paul y Mark, habian intimidado al chico que estaba con Roma en el bar. Ella no se veía cómoda con él, y tuve que actuar, además se había quedado sola puesto que Lena se había ido a su habitación temprano.

Cuando llegue a donde todos estaban desayunando, era como ver un grupo de zombies. Me animaba saber que no era el único que se sentía así.

-Buenos días- Salude y procedí a sentarme al lado de Roma. Todos me respondieron pero a distinto tiempo y con voz adormilada.

Comencé a desayunar, y al paso de un rato todos ya estaban más animados, por lo que hablamos de cualquier cosa.

-Elena- Roma se dirigió a su hermana, que estaba robando el tocino de Zayn- ¿Recuerdas qué soñaste anoche?

-Uhm, no ¿por qué?

-Hablaste dormida, hacía mucho tiempo que no lo hacías, hasta parecía que tenías una conversación. En un momento consideré ir a despertarte para que te callaras pero me quede dormida.

Elena se había encogido de hombros, yo sabía que las hermanas Amato hablaban dormidas y muchas veces tenían conversaciones entre ellas o con cualquiera que les hablara. Mas de una vez me habian provocado un infarto cuando éramos niños y hacíamos acampadas en el patio trasero de nuestras casas.

-¿No me digas que volvieron las niñas del demonio ? - Pregunte de manera burlesca, ese era uno de los tantos apodos que les había puesto sobre ese tema.

-Si, y esta noche te jalaran los pies- Me respondió Roma, mientras me daba un ligero codazo. A ella nunca le gustó ese apodo. Yo solo me limite a reirme.

Decidimos pasar gran parte del día en una de las habitaciones, antes de tener que ir al concierto. Estábamos los siete, Elena y Harry como siempre peleando. Yo sabía que por más que Harry dijera lo contrario, Elena le parecía muy atractiva o que le gustaba aunque sea un poco, pero no lo iba a presionar para que me lo confesara. Está bien tener secretos.

-Romitaaa- Gritó de repente el ojiverde, provocando que esta pegara un salto en la cama debido al susto.- Ya se que puede ser tu tercer tatuaje. Hasta lo podríamos tener a conjunto.

Yo frunci mi ceño, eso de que los tatuajes debian ser impar me parecía muy estupido. ¿Acaso te caeria una maldicion por tener tatuajes en número par? Los de Roma eran bastante bonitos, no lo voy a negar, además de que eran sexys y eso le daba cierto toque a su cuerpo. No me gustaba pensar de esa forma sobre ella, ya que es mi mejor amiga y no quiero que un estúpido pensamiento pueda llevarme a cometer algo de lo que los dos podríamos arrepentirnos.

-¿Y que podríamos tatuarnos según tu Harry?- Preguntó Roma. Estaba acostada en la cama boca arriba, con la cabeza colgando fuera de esta mirando al castaño. Hay veces en las que ella actúa bastante raro.

-Brasil- Respondió este, y movió sus cejas.

-Por Jesucristo, no lo hagas- Comente mirando a Roma a los ojos. Son de un marrón oscuro, y muy expresivos, te transmiten todo lo que le pasa.

-Tranquilo Neil, no estoy tan loca. Lo siento Harry pero Brasil no me parece algo que quisiera llevar por el resto de mi vida en la piel.- Harry hizo un puchero, pero algo me decía que él iba a terminar tatuandose Brasil.

Lo bueno de que tenga tantos tatuajes, es que si alguna vez hay un niño muy aburrido, podríamos darle unos marcadores y que se ponga a colorear a Harry.

FRIENDS - NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora