🇷🇺RUSSIAN Братва 🇷🇺

CAP 2 ENCUENTRO

-¿La conseguiste? -Natalia se arregló el enorme abrigo de lana que llevaba como pijama y caminó descalza hasta Carol cuando ésta entró finalmente a su dormitorio.

Las rusas llevaban quizá medio día que habían llegado a la mansión de Iván Alianov ubicada justo en el centro de Moscú y debían prepararse para una cena que su abuelo tenía preparada para darles la bienvenida a su nuevo hogar. Todo parecía ser muy incierto, pero en verdad estaba pasando, finalmente estaba en casa con los suyos.

-¿Oye con quién crees que estás hablando? Conseguí de la mejor calidad, hecho en Rusia solo para ti bebé. -Carol sonrió maliciosamente y sacó de su bolsillo un pequeño paquetito transparente del cual se asomaba un polvo color blanco bastante brillante.

-¿Es de la nuestra? -La pelirroja tomó la heroína y la examinó con sus propios ojos, yendo hasta el recibidor que se anexaba a su habitación para tomar asiento sobre la alfombra y esparcir el producto sobre el mármol de la mesita de centro.

-Dame tu veredicto jefa... -Carol le entregó lo que parecía ser una especie de agitador de acero con el que la pelirroja tomó una pizca de polvo y lo llevó hasta la punta de su lengua para sentir la finura de su textura.

-Vaya... Es maravillosa, veamos si los efectos son igual de fantásticos. -Esta vez Natalia recibió una tarjeta de plástico con la que comenzó a cortar el polvo para distribuirlo y aspirar la primera línea, llevando unos segundo su cabeza hacia atrás para sentir la invasión de aquel producto dentro de su cuerpo.

-Maldición, mojo mis bragas cada vez qué haces eso, pequeña zanahoria. -Carol bromeó y ambas soltaron unas carcajadas de complicidad que no pudieron contener.

-Idiota... -Natalia se quejó en tono inocente para después ponerse de pie e ir hasta la nevera por el vodka que tenía enfriando desde que llegó, tenían al menos unas cinco horas para relajarse antes de salir al comedor.

Mientras tanto a las afueras de la ciudad, en una bodega un tanto apartada de la civilización se estaba llevando a cabo la última prueba para obtener un lugar en las filas de la Bratva Rusa. Rogers llevaba un largo rato cuestionándose la maldita hora en la que su ambición lo había hecho ir hasta ese asqueroso sitio... Ahora no sólo sabía que estaba luchando por un lugar dentro de la mafia sino que estaba audicionando para ganar una lugar dentro de la red corrupta más grande de Rusia y que sin haberlo planeado le estaba pidiendo trabajo al bastardo que había asesinado a sus padres a sangre fría y eso simplemente lo hizo pensar en que las coincidencias del destino eran unas malnacidas. La simple idea de quitarle el arma al tipo que yacía vigilándolo por detrás para atravesarle el craneo a Iván con una bala soviética le era demasiado tentadora, pero su curiosidad era mucho más grande que eso, y le carcomía las entrañas saber de que se trataba exactamente el trabajo que debía desempeñar dentro de su organización.

Así que sería paciente y tomaría con mucha sabiduría todo lo viniese de ahora en adelante, así le costará la vida. No tenía absolutamente nada que perder.

-Siéntanse afortunados de ser lo 5 finalistas de esta prueba. -Un pelinegro de ojos azules caminó hasta los participantes que yacían formando en una perfecta línea recta frente a todos los espectadores.

-Yo, yo... no deseo continuar... -La voz de uno de los participantes se escuchó temerosa, seguida del ensordecedor disparo que emitió el arma del pelinegro cuando apuntó directo a la cabeza del chico que se había arrepentido de estar ahí.

El silencio reinó dentro de la bodega y Steve tragó en seco al sentir como algunas gotitas de sangre había logrado rozar su mejilla. Sabía que estaban tratando de intimidarlos y aún así mantuvo fija su mirada impasible mientras apretaba la mandíbula con fuerza. En los 15 años que llevaba de servicio en la fuerza aérea jamás habían conseguido infundirle algún tipo de miedo y mucho menos intimidarlo y estaba seguro que no iba comenzar ahora.