"̷-̷:̷;̷𝓝𝓮𝓪𝓻 𝓨𝓸𝓾 "̷-̷:̷;̷

Prólogo.

—¡Aber si me dejas de joder de una puta vez!— Gritó entre su evidente enojo, el entrecejo fruncido denotaba su estado de ánimo que no era para nada positivo.

—Mira, lo único que yo... lo único que quiero es que me des una sóla oportunidad por.. por favor...—Balbuceó con la poca dignidad que le quedaba, ya todos estaban viendo y juzgando la escena  —Sólo una simple cita, sólo éso te pido— Habló lo mas rendida, ella se sentía dolida con el aparente rechazo, pero con éso, aún conservaba una esperanza pequeña y latente en su fuero.

—¿Cómo carajos queres que te explique?¡NO-ME-GUS-TAS! Gravatelo en ésa puta cabeza— Gritó lleno de colera, no había sido un buen día y no tenía porqué soportar a su acosadora estrella, como su mejor amiga la apodaba, así que, después de soltar sus palabras con acidez, se marchó con pasos rápidos que golpeaban iracundos sobre el piso.

Ella se llamaba Nicole, se quedó un momento de pie en su lugar, observando como el chico que tanto amaba, se iba después de gritarle duramente que no la quería, el dolor en su pecho se agravaba cada vez que las fuertes palabras de Tiago resonaban tajantes en su cabeza. ¿Cómo alguien como él, que consideraba perfecto, pudo ser tan despiadado? Sólo estaba declarándole su amor y si no la aceptaba, al menos esperaba no ser tratada de ésa forma.

Aún con todas las miradas sobre ella, corrió saliendo del instituto, escapando de la avergonzante realidad y buscando consuelo en qué tal vez y sólo tal vez, Tiago estaba estresado o nervioso, y por éso reaccionó de ésa forma.

En su evidente angustia, Nicole sólo quiso encontrarse con la soledad, porque sólo así no sería recriminada o burlada, y no fue difícil. Al llegar a su casa, se encontró con que estaba tan desolada como siempre y, aunque en la situación, no era necesario encerrarse, de todos modos lo hizo.

Su cuerpo llevaba una delgada capa de sudor, estaba agitada y sus piernas dolían, había corrido todo el camino, pero nada de su estado físico se comparaba con su estado emocional, que para ése momento estaba como el mismo infierno.

Estuvo un lapso de cinco minutos recostada en posición fetal mientras dejaba todas sus lágrimas en la almohada, pero pasado el tiempo, la ansiedad del momento sólo le causó hambre y aunque se obligaba a no pensar en la solución de siempre para terminar con sus penas, no fue suficiente y de un momento a otro, se puso de pie para correr a la cocina.

Cuando vió que las barras de chocolate de la alacena habían desaparecido por su causa, corrió hacia el retrete para vomitar todo, mientras no dejaba de llorar y recriminarse por sus actos.

Tiago nunca la iba querer siendo una obesa, aunque ni siquiera alcanzaba los 55 kilos.

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—Tiago... Tiago... ¡TIAGOOO!— Gritó la pelinegra, él apenas y escuchó el último llamado.

—¿!QUÉ!?— Soltó con molestia, su mal humor con los demás se había extinguido, ahora sólo estaba para consigo mismo. Tal vez no debió actuar así.

—¿En que carajos andas pensando?

—Ahm nada... ¡nada!— Recalcó al notar la mirada fulminante de la mujer, aún así, ella no cambió su posición.

—Para no pensar en "nada" estás muy distraído ¿no?— Dijo simulando las comillas con sus dedos.

—Ahm, yo... yo es que. No es nada—  Balbuceó apartando la mirada.

—Mira, vos sabe' que yo soy tu mejor amiga— Soltó intentando sacarle información, pero Tiago sólo asintió con lentitud, sin entender porque me mencionaba éso —¡Yaa! carajo sé que es importante y no sólo "nada". Tiago, te conozco muy bien como para saber que te está pasando algo, o es muy bueno o... muy malo!— Reclamó alzando la voz y gesticulando exageradamente como acostumbra.

—¡Está bien!... te voy a contar. Te... ¿Te acuerdas de Nicole?

—¡Tu acosadora estrella¡ Nicole agente especial espía las 24 horas.

—¡Yaa! Yo sé cómo es y no hay necesidad de que sigas.

—¿Y vos desde cuándo la defendés?— Exclamó alzando una ceja, era extraño escucharle ése tono porque Tiago mantenía quejándose de su constante acoso.

—No la defiendo, sólo que no es necesario que la describas así.

—Bueno mi principito, no te me pongas nervioso— Se burló —Pero bueno, ¿Qué pasó con ella para que te tenga así?

—Eh ella, ella es que ella, se me declaró y la rechacé muy feo.

—¡Uy! Mi principito es un rompe corazones, mira pues yo entiendo porque la rechazaste, pero.. ¿ella lo sabe?

—Ahm es que, es que.. pues.

—Espera, ¡¿no tuviste las pelotas de decirle y sólo la rechazaste?! Osea, pobrecita, yo sé que sos gay y que estás bien bueno, pero debiste decircelo, porque que te rechazen, ha de ser muy, pero muy ¡feo!

—Mira, yo no tuve las "pelotas" pero, le pediré disculpas y, vos me ayudarás. Además no es fácil decirle que soy gay si sólo pensar que se lo puede decir a las demás personas, me da miedo.

—Bueno, vos sabés que yo voy a estar con tigo para todo ¿verdad? Pero ésto tenés que hacerlo solo, y que no se repita lo de la última vez