capítulo: 8

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-BAIRON, BAIRON, BAIRON- El grito me salió desgarrándome el alma, había tenido una pesadilla con mi novio, desde que murió no paro de soñar con él, ésto me está matando lentamente -Sólo fue una pesadilla- me dije a mi mismo. Aunque las escenas sangrientas lucen demasíado reales.

Los días para mí son cada vez más desastrosos, mi vida es una puta mierda, no sé que hacer, estoy en puto hueco y nadie me va a poder sacar; todos los jodidos días lloro, mi aspecto es una mierda, tengo unas ojeras que dan miedo, mis ojos están muy inflados y sé que huelo mal, pero todo éso sigue sin ser relevante ante el dolor inminente de mi alma . Han pasado 2 semanas desde aquel día y creo que sin él, mi vida ya no tiene sentido.

Me encontraba recostado en el sofá tomando una cerveza y por supuesto que con mi rutina ya estaba un poco borracho, pero todavía sabía lo que hacía y lo que sentía. En la puerta alguien se atrevió a tocar el timbre ¿Quien diablos es? Me quedé en silencio, mirando al techo, pero en los minutos siguientes el sonido nunca ceso.

-¿Quién es?- Grité sentandome de mala gana, pero no obtuve respuesta, a cambio, el sonido seguía retumbandome en las entrañas -¡La madre que me parió!- Gruñí, me levanté y me dirigí a la puerta arrastrando mis pies con molestia; al abrirla me lleve una sorpresa enorme, era un chico con el pelo blanco un tanto desordenado y una enorme sonrisa en su rostro que me hizo hacer una mueca de molestia.

Definitivamente no quería volver a verlo.

-¿Que querés? No mejor ¿Cómo putas sabes dónde vivo?- Exclamé un tanto enojado, no tenía paciencia para ese tipo irritante.

-Este...

-¿Qué? ¿Te comieron la lengua los ratones?.

-Nap, pero si querés, me la podés comer vos.

-¿Que diablos querés?.

-Pues como te dije no me rindo tan fácil con un chico tan lindo.

Estuvo a punto de cerrar la puerta, pero él, alcanzo a detenerla con una de sus manos, incluso la empujó y como Tiago se encontraba un en un estado de ebriedad avanzado, no tenía mucha fuerza, no la suficiente para enfrentar al desconocido, entoces, el muchacho de pelo blanco, aprovechó la situación, logró abrir por completo la puerta y se adentro en el apartamento.

-¿Que coño querés?.

-Pues hablar con el chico más guapo del jodido mundo.

-A pues te equivocaste de apartamento.

-Nop, para nada lo tengo en frente de mi aunque esté borracho se mira muy sexy.

-Mira, no sé que poronga querés pero será mejor que te largues si no queres un puto puño en tu cara.

-Ay, si en las condiciones que estás me vas a poder pegar yo creo que te puedo garchar sin esfuerzo alguno.

-Ay si, que gracioso.

-Con vos puedo ser el hombre más gracioso del mundo.

-A mí me vale una verga lo gracioso que podas llegar a ser, lo único que me interesa es que dirijas tu trasero de mierda, a la salida.

-Pero primero me tenes que dar un beso.

-¿Me tenes? ¡Tenés que morirte!.

-Primero el beso después me muero.

Estuvo a punto de darle un puñetazo, pero el hombre le agarro la mano, la estacionó en la sintura de si mismo, acarició su mano con delicadeza y lo apego un poco más a su anatomía.

Tiago estaba experimentado demasiadas emociones hasta el punto en que ya no sabía que hacia, sólo está su presencia por qué su mente parecía huir a una dimensión alterna.

Él chico al parecer sabía lo que hacía, con un toque de amor, aunque también con un poco de brusquedad, él joven le agarro la cara y lo besó, al inició Tiago no lo correspondió y luego, después de que sus ojos se llenarán de lágrimas y sintiera ésos labios moviéndose entre los suyos, figurando ése rostro de su novio mirándole con esa ternura propia de su ser, entonces, empezó a mover su propia boca.

***

Al despertar, estaba en un sillón, sin ropa, pero no había nadie a su lado ¿Que diablos? ¿Que putas hice? Se repetía ha si mismo, intentó ponerse de pie, pero el intento fue fallido, soltó un gemido de dolor, a los segundos sintió unos pasos.

-Ah ya te despertaste, ¿como te sientes?- Preguntó

-Pues me siento del orto me duele mi columna y tengo una puta resaca del culo- Exclamo con enojo.

-¿Siempre eres tan amargado?.

-¿Y tu siempre eres tan entrometido?.

-Pues con los los chicos semi desnudos, pues si.

-¿Por qué eres tan retrasado?.

-¿Porque eres tan hermoso?.

-¿Porque no cerras el orto?.

-¿Porque eres tan tú?.... No soy muy bueno para cocinar, pero hice mi mejor intento.

-Por fin servís para algo.

-Hace unas horas me decias que servía para muchas cosas.

Tiago camino a la cocina con molestia no dejó que el desconocido le acompañara, al llegar al lugar, había un plato de panqueques con un jugo de naranja y con el mismo mal humor, se sentó y se lo comió todo, al terminar dió unos pasos hasta llegar a la sala y encontrarse con ése chico molesto del que todavía no se sabía el nombre y a decir verdad, tampoco le interesaba mucho.

Se senté al lado de ésa figura un tanto delgada, se miraba bien, estaba pasable para los gustos de él, sólo le parecía un tanto molesto y acosador.

-¿Y que tal estaba?-
Habló él joven con una sonrisa entre labios, no de rendía.

-Pues, no estubo mal.

-Si miras que si soy bueno para todo.

-Ay, bájale a tu ego.

-Le bajo, pero si me das un beso.

Jugar con este chico no estaría mal aparte ya no tenía a su novio y le serviría para entretenerce un poco, se dijo a si mismo

-Pero, si me decís cómo te llamas

-Ahm pues me llamo joaquin

-¿Y?

-¿Y?¿Que?

-No me vas a preguntar cómo me llamó.

-pues no, ya sé como te llamas

-¿Aber como?

-Pues te llamas el Dios Tiago, aunque ahora que te conozco un poco más, te llamarías Tiago él amargado- Soltó en un matiz de gracia.

-¡No me conoces!

-Éso es lo que pensas vos

-Pues es la puta verdad

-Pues no la es, te conozco demasiado, que crees ¿Que sin conocerte andaría tras tuyo?, no te equivoques, te conozco.

-Me conoces la poronga, pero lo demás no.

-Bueno, las dos cosas y todas dos son buenas- Exclamó con cara de picardía.

-¿Sabes? te merecerías un premio por ser pendejo

-Y vos por ser lindo.

"̷-̷:̷;̷𝓝𝓮𝓪𝓻 𝓨𝓸𝓾 "̷-̷:̷;̷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora