nuevos amigos

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Luke se encontraba indignado, habían pasado unos días desde que Charlotte les había contado toda la situación y aún no podía salir de su indignación, no le entraba en la cabeza que aún hubiesen familias que estuviesen dispuestos a sacrificar la felicidad de sus hijos por tener un beneficio propio, no conocía a la chica pero podía ver en su mirada lo infeliz que era. Crystal se encontraba igual que Luke, cada vez que recordaba toda la historia se le revolvía el estómago, no se imaginaba que haría ella si sus papás la obligaran a casarse con alguien que no ama, también sentía mucha pena por Charlotte, tiene tanto dinero pero no como ni con quien disfrutarlo, la chica tenía muchas ganas de acercarse más a ella, ser su amiga, se notaba que le hacía falta. A diferencia de los dos chicos, Charlotte se encontraba un poco mejor, el haber hablado de toda la situación con alguien más que no fuera su hermana la había ayudado de desahogarse, además, sentía que por primera vez la suerte estaba un poco de su parte porque a Mark y a sus padres se les había presentado un viaje de negocios que no podían postergar, consiguiendo que la boda se retrasara como mucho unas dos semanas más, tampoco estaba para pegar saltos de la felicidad, de cualquier manera ese enlace se celebraría, pero había conseguido más días de libertad.

—¿Qué quieres hacer hoy? —le preguntó Harriet a su hermana mientras tomaban el desayuno en el jardín de su enrome mansión.

—No lo sé, supongo que quedarnos en casa a ver películas o algo —dijo Charlotte mordiendo su tostada y encogiéndose de hombros.

—¡Por Dios Char! Piensa en grande, estaremos solas en la casa por dos semanas, tenemos que pasarla bien —rodó los ojos.

—No estamos solas —se rió —Las señoras de limpieza y los de seguridad están aquí, si hacemos cualquier cosa que no debemos nos van a acusar con nuestros papás —le explicó a su hermana menor.

—¿Desde cuándo que dos hermanas salgan a divertirse sanamente es algo malo? Además, no le dirán nada a nuestros papás, deja de excusarte.

Charlotte odiaba admitirlo, pero su hermana tenía razón, debían aprovechar que podían salir a divertirse sin la constante supervisión de sus padres, esa oportunidad no la tenían todos los días, además, todo el personal de la casa adoraba a las chicas, sabían que sus padres eran bastante negligentes y las habían criado ellos prácticamente.

—Supongo que tienes razón, pero ¿qué propones? No creo que haga falta recordarte que no somos necesariamente muy populares, amigos no nos sobran —rodó los ojos Charlotte.

—Mierda, es cierto —bufó la pelinegra, Charlotte no pudo evitar reírse por la grosería de Harriet, si sus padres la hubiesen oído, ya estuviese más que castigada y con una mejilla roja del cachetón que hubiese recibido —¡Tengo una idea! —exclamó luego de unos minutos de silencio.

—¿Qué?

—¿Por qué no llamas a Crystal? La chica que diseñó los vestidos de la fiesta, a mi me cayó súper bien, y me dijo que si algún día nos apetecía salir por ahí solo la llamáramos —dijo con emoción.

Charlotte lo dudó por unos segundos, si es cierto que haber hablado con ella y su apuesto amigo la había ayudado a desahogarse, pero le daba algo de miedo e incluso vergüenza volverlos a ver.

—No lo sé Har —dijo algo indecisa.

—Oh vamos ¿acaso no te agrada?

—Desde luego que si, es muy simpática.

—¿Entonces cuál es el problema? Vamos Char, por mi ¿si? —suplicó haciendo un puchero.

Harriet sabía a la perfección que podía convencer a su hermana mayor hasta de ir a la guerra si hacía su puchero y ponía sus ojos de perrito.

ELECTRIC LOVE | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora