ELECTRIC LOVE | Luke Hemmings

lecciones de guitarra

—No puedo creer que el partido terminara así —gruñó Calum —¡Iban ganando!

El partido de fútbol había terminado y como se podrían haber dado cuenta, el equipo al que le iban los chicos había perdido por un gol en el último momento, fue una sorpresa para todos, pero sobre todo para los 4 hombres.

—Dejan de refunfuñar como un bebé Cal —se rió Kay —El resultado no va a cambiar.

—No hace falta que lo recuerdes —comentó Luke dolido.

—¿Qué les parece si hacemos otra cosa? Así dejan de llorar por el partido —propuso Crystal con un tono burlón. 

—Sabes, menos mal que te amo mujer —rodó los ojos Michael pasando un brazo por los hombros de la chica.

—Si, mejor hacemos otra cosa —gruñó Ashton —¿Tienes cartas rubio?

—¡No vamos a jugar a las cartas! No seas señor —exclamó Kay.

—No te entiendo ¿somos niños o señores? —se burló esta vez Calum.

—Oye, yo te puedo fastidiar, tú a mi no —advirtió la pelinegra con una cara seria y señalándolo, haciéndolos reír a todos.

—Primero recojamos un poco aquí y después vemos que hacemos —dijo Luke poniéndose de pie, la sala estaba hecha un desastre, botellas vacías por todos lados y restos de snacks esparcidos por el piso.

—Me parece, pero ordenas tu solo, que a mi me da pereza —bostezó Michael.

El rubio rodó los ojos, a veces se arrepentía de proponer su casa para hacer reuniones, siempre ordenaba el solo, sabía que sus amigos eran así y le causaba hasta gracia que fueran tan vagos, pero
de vez en cuando podían ayudar, aunque en el momento que escucho la tierna de voz de Charlotte no pudo agradecer más que sus amigos fueran así.

—Yo te ayudo —propuso la chica poniéndose de pie y riéndose por la actitud de los otros tres chicos. Era una invitada en la casa del rubio, lo mínimo de podía hacer era echarle una mano, su hermana también debería hacerlo pero la conocía lo
suficiente para saber que eso no pasaría.

—No tranquila, no hace falta —sonrió.

—¿Qué dices? Es lo mínimo que podemos hacer —se encogió de hombros recogiendo algunas botellas y siguiendo al chico hasta lo que parecía la cocina.

Entre los dos hicieron unos cuantos viajes desde la sala hasta la cocina para llevarse toda la basura que había.

—Muchas gracias, en serio no tenías que hacerlo, usualmente la gente esperaría a que los invitados se fueran para recoger pero soy un poco maniático con la limpieza.

La chica se rió por si comentario pues se sentía identificada a la perfección —Te entiendo, soy igual, ademas mi hermana no es muy diferente a tus amigos —rodó los ojos —Mientras menos tenga que limpiar mejor, un día se va a perder en el desastre que tiene en su cuarto.

—Oh puedo imaginármelo, no sabes lo que es compartir habitaciones de hotel con esos tres salvajes, o un tour bus —bufó riéndose —Son un desastre con piernas aunque debo admitir que antes también era así, ahora soy un viejo.

—Por Dios, tienes apenas 20, eso no es nada —exclamó Charlotte —No me imagino lo loco que debe ser viajar por el mundo dando conciertos —dijo impresionada recostándose en la isla de la cocina.

Luke sonrió, amaba hablar de su trabajo, y le parecía tierno que la chica se interesara por eso —Me encanta, creo que no podría trabajar en otra cosa, me llena mucho como persona, es mi pasión.