preparativos

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—¿Estás lista? —preguntó la elegante señora entrando a la habitación de Charlotte, sin avisar que iba a entrar, como de costumbre.

—Si madre —la chica rodó los ojos disimuladamente, si su madre se daba cuenta de esta pequeña acción, el sermón no sería normal, para cualquiera es simplemente rodar los ojos, para la familia de Charlotte es una falta de respeto.

—Hija escogiste el peor vestido de todos —dijo con disgusto Eleonora.

—Mamá no comiences por favor —suspiró pesadamente —Me puse una de las opciones que tú misma escogiste para mí.

—Si, pero esperaba que por primera vez tuvieras buen gusto, ya veo que no —Charlotte la había hecho enojar como siempre y se notaba por la gruesa vena que amenazaba con explotar en su frente —No seguiré perdiendo el tiempo, en 15 minutos tienes que bajar, las señoritas no llegan tarde, y menos si es en su propia casa donde se celebrará el evento.

Después de decir eso se dio media vuelta y salió de la habitación con sus aires de superioridad y evidentemente disgustada por el pequeño enfrentamiento que tuvo con Charlotte.

La chica se vio al espejo intentando entender que tanto le disgustaba de vestido a su madre, en su opinión era precioso, uno de los más lindos y elegantes que habíamos usado nunca, lo único que le molestaba era la ocasión para la cual tendría que usarlo.

Hoy Mark y su familia irían a su casa para celebrar privadamente el compromiso de los jóvenes antes de que hicieran la fiesta del año para anunciárselo a todos los conocidos y socios de ambas familias. En cualquier caso, Charlotte no estaba emocionada por ninguna de las dos, ni la cena ni la enorme celebración, solo quería salir corriendo de esa fría y rota casa, y no volver más nunca, oh si tan solo pudiera hacer eso, lastima que sabía que solo podía ser una fantasía que descansara en su mente porque algo así jamás ocurriría.

Suspiró pesadamente y se armó de valor para bajar las kilométricas escaleras e ir a su peor pesadilla.

—Charlotte querida, te ves preciosa —dijo la madre de Mark, Melissa, con una falsa sonrisa en el rostro.

—¿A que sí? Ya se lo he dicho, ese vestido le queda perfecto —exclamó la madre de Charlotte con una copa de champaña en la mano.

No podía ser más mentirosa, pensó Charlotte.

—Hola futura esposa, teníamos tiempo sin vernos —sonrió pícaramente Mark pasando un brazo por la cintura de la chica e invadiendo sin su permiso—como de costumbre— el espacio personal de Charlotte. 

A la chica se le revolvió el estómago de tan solo pensar que tendría que pasar el resto de su vida casada con ese chico, también se le revolvió al ver lo cómodo y contento que se veía con toda la situación, Charlotte solo quería llorar, en cambio él encontraba la situación chistosa, como pudo se soltó del agarre del chico y tomó un poco de distancia, lo que menos quería era estar tan cerca de él. 

—Pasemos al comedor, las chicas de la cocina nos prepararon un verdadero festín —dijo el padre de las dos chicas, había estado hasta ese momento en su despacho con el padre de Mark terminando de organizar toda la unión de sus dos hijos.

—No puedo creer que Mark sea tan guapo y tan lleno de basura como nuestros padres —le susurró Harriet a Charlotte, ambas soltaron una risa cómplice.

—Vamos amor —dijo entre dientes Mark, estaba perdiendo la paciencia ante el patético comportamiento y rechazo de su futura esposa.

Rodó los ojos sin que la vieran y permitió muy a su pesar que el chico colocara la mano en la parte baja y la empujara con firmeza pero disimuladamente hasta el comedor. No tenía que ser la chica más inteligente del mundo para saber que Mark se caracterizaba por ser frente a las personas un sol pero en la intimidad un completo imbécil abusivo.

ELECTRIC LOVE | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora