Cigarettes After Sex ☔︎ Larry Stylinson

Capítulo 14: Francia

No creí que Louis hablara en serio respecto al hecho de que cambia por completo cuando está lejos de su padre.

Dice que se siente libre.

Y me ha dicho al menos tres veces en la semana que me trajo porque siente que soy parte de la libertad que quiere.

No sé a qué se refiere cada vez que me lo dice.

—Te traje algo. —me dice, entrando a la habitación. Me da una bolsa azul oscuro de papel, veo ropa adentro.

—¿Para qué?

—Vamos a ir a cenar hoy en la noche. —dice. —Yo también traje ropa elegante.

—No creo que tengas que gastar tanto en mí, Louis. —frunzo el ceño. —Estás pagando todo con la tarjeta de tu padre.

—Uhm, no. —dice. —Es una tarjeta de mi madre, y si se me pasa algo ella me va a hacer el favor de no decirle a mi padre. Así que todo bien. —sonríe. —No hay problema.

—De acuerdo. —digo. —Aunque yo lo puedo comprar.

—Te estoy haciendo un regalo.

—Sí, pero... No son necesarios. —dejo la bolsa de papel sobre la cama. —Quiero hablar contigo, Louis.

—Bien. —me dice, levanto las cejas. Vaya, eso fue muy fácil.

—¿Por qué... Me tratas bien? De repente. —él me mira.

—Ya te dije que aquí soy diferente.

—Pero no entiendo porqué. —murmuro, se sienta en la cama.

—Porque no tengo la presión de que me van a descubrir, puedo ser quien soy sin miedo a que llegando a mi casa me van a golpear. —frunzo el ceño.

Mierda.

—Lo siento.

—No, está bien. —levanta los hombros. Una de sus manos toman la mía y me jala hacia él, me quedo sentado en sus piernas. Sus manos me sostienen de la cintura. —Lo siento, Harry. Por tratarte tan mal sin razón. Si tú vivieras aquí, yo también y mi padre en otro continente, la historia sería diferente.

—¿Por qué? —él me mira, sus manos me sostienen aún mejor.

—Porque no tendría miedo de decirte que me gustas.

Wait.

¿Qué?

Lo dijo.

Creo que me morí y no me di cuenta.

Estoy soñando.

Es decir, me lo dijo para que le entienda.

—¿Qué? —susurro, él deja de mirarme, sus manos simplemente me acarician la cintura.

—Lo siento. —me dice. Aún no sé cómo procesar la información.

Le gusto.

¿En serio no se arrepintió en estos días?

Oh dios, dios, dios.

—¿Hablas en serio?

—Sí.

El pulso se me eleva demasiado. Estoy a punto de desmayarme.

Tranquilo, Harry.

Él me mira de nuevo. Las manos me tiemblan un poco. No puedo creer aún lo que me dijo.

Oh dios, le gusto.

Llevo mis manos a su nuca y me acerco a él con cuidado, como si hacerlo rápido me fuese a despertar.