Cigarettes After Sex ☔︎ Larry Stylinson

Epílogo

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Louis

La última vez que vi a Elliot fue en la escuela.

Mi papá me había obligado a dejar de verlo.

Un día, llegué a la escuela y nadie lo encontraba.

No estaba en su casa.

No había asistido a ninguna de las clases.

Sus padres lo habían buscado durante dos días y seguía sin aparecer.

El miércoles en la noche, mi papá toca la puerta de mi habitación. Me levanto y abro apenas, con los ojos rojos.

Ese chico me volvía loco.

—¿Por qué lloras? —me dijo, cortante y con un papel en las manos. Lo miro con odio mientras me limito a no contestarle. —Como sea, toma, para que dejes de llorar por el idiota. Sólo recibió su merecido. —me miró mientras me entregaba unos papeles. Las manos me temblaron cuando los tomé.

Él se fue de mi habitación.

Cuando los revisé, había unos cuantos informes de la policía.

Elliot se había suicidado.

Las manos me temblaron muchísimo cuando lo leí, me tiré al suelo, el corazón rompiéndose en mil pedazos.

Mi padre lo acosó durante días para que dejara de buscarme. Él era un chico muy obstinado y le dijo cientos de veces que no lo haría. Porque me quería. Pero mi padre era más obstinado que él. Elliot se quitó la vida debido a toda la presión que puso sobre él.

Al final, mi papá fue demandado por acoso por la familia de Elliot pero nunca encontraron pruebas de eso. Y salio bajo fianza durante dos meses que estuvo en observación de la policía. Al final lo determinaron inocente.

Nos mudamos luego de esos dos meses hacia Inglaterra.

Dos años después, encontré a Harry.

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—¿Crees que sea mejor? —dice Harry, observando el frasco de mantequilla de maní, está comparando dos marcas que llevan tres libras de diferencia. Levanto los hombros.

—Si quieres llévate la más cara.

—¿Nos alcanzará? —me dice, me río, acercándome a él mientras dejo el carrito de lado y lo abrazo por la cintura, él aún concentrado en los dos frascos.

—No te preocupes por el dinero.

—Tenemos que llevar al cachorrito al veterinario. —me río.

—Estoy seguro que nos alcanza.

—Ya te dije que voy a pagar la mitad de las cuentas. —sonrío, besando su hombro.

—Amo tu independencia, Harry, lo sabes, pero no tienes que esforzarte de más, cuando puedo pagar las cosas perfectamente.

—Me siento inútil.

—No lo eres. —digo.

Harry ha estado en presión.

Su graduación es en un mes y aún no puede conllevar todo el peso correctamente.

—Louis.—susurra, le quito los frascos de las manos y lo abrazo correctamente. Últimamente todo lo hace llorar.

—Amor, sabes que está bien.