Cigarettes After Sex ☔︎ Larry Stylinson

Capítulo 2: Viernes

A las dos salí de la escuela directo al trabajo. Me di tiempo antes de pasar por algo de almorzar antes de salir de la escuela. Llego a la farmacia enseguida, ya que queda absurdamente cerca de la escuela.

Entré a trabajar en una farmacia hace unos meses, y debido a que está tan cerca de la escuela, ya sé con quiénes se acuestan la mayoría de los chicos. A mí no me interesa, pero me dan buenos temas para hablar con Niall. Incluso a veces me acompaña a trabajar para ver las cosas en persona. Generalmente les resto importancia, pero los chicos les dan demasiada, ya que llegan a comprar preservativos después de clases y bueno, se imaginarán a los chicos fieles de Inglaterra. La mayoría me piden que no diga nada. Pero si igual hablara, nadie me creería.

—Hola Harry. —me dice Dean, mi compañero de turno. Él entró a trabajar unos meses antes que yo, así que básicamente fue mi maestro. Suele tomar el turno nocturno porque es el mejor pagado, así que es raro que entre a esta hora.

—Hola. —murmuro, quitándome el bolso para dejarlo sobre la mesita. Tomo la bata del perchero y me la pongo. —¿Cómo está tu día?

—Aburrido. —dice, con su codo sobre la vitrina. —El día está terrible.

—Eso parece. —digo. —Los viernes son mejores.

—Sí, la gente los aprovecha para comprar sus ofertas y... Condones y eso. —me río por la manera en que lo dice.

—¿Por qué te da tanta pena hablar de sexo? —digo, levantando los hombros. —Es algo normal.

—Es algo innecesario. —dice, frunciendo el ceño. —La gente lo sobrevalora.

Dean es gay.

Lo cual significa que me llevo mejor con él que con alguien que sea heterosexual, ya que no hace preguntas estúpidas acerca de mi sexualidad. Seguramente sería mi mejor amigo si Niall no ocupara ese puesto.

—Dices eso porque jamás lo has hecho.—sentencio. Él niega, con una sonrisa perfecta.

—Realmente es algo estúpido. —dice. —El sexo es algo que causa muchos conflictos y ni siquiera creo que sea tan genial.

—Dean, créeme que nunca lo has hecho. —digo. —Es decir ¿por qué? Tienes veintidós...

—Y sigo virgen, lo sé. —gira los ojos. —No lo siento necesario, Harry. No creo que tenga la relevancia que la gente le da.

—Es algo bueno. —digo, haciendo círculos en el vidrio. —Excepto si es de tus primeras veces y no eres el activo.

—Oh mi lindo Harry. —dice, con su mano sobre mi cabello. —Acabas de decirme que eres pasivo. —me dice, las mejillas se me llenan de sangre y salgo enseguida tras de él que camina hacia la parte trasera del local.

—¿Puedes olvidar eso? —murmuro. —Arruinará mi imagen de chico rudo y activo. —lo escucho reírse a carcajadas. —¡Oye!

—Tú de activo no tienes nada, corazón. —dice mirándome. —Menos el andar. —me río.

—¿De qué hablas?

—Caminas como una reina, Harry. —me río de nuevo. —Pero hablo en serio, Harry. Cuando tengas una pareja, que esté contigo porque te quiere. —en cuanto dice eso lo volteo a ver. —No por lo que tu cuerpo le pueda ofrecer. —estoy a punto de llorar cuando me dice eso, así que me alejo, su mano cae de mi mejilla y camino de vuelta al mostrador. Veo a una persona entrando justo en ese momento.

Doy gracias al cielo por no tener que responder eso.

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El viernes llegó rápido. Después de la escuela y del trabajo, fui a mi casa y ahora estoy en camino a la casa de Louis. Estoy cubierto hasta los pies para que nadie me reconozca, así que parezco un maldito delincuente en este momento.