EPÍLOGO

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Los mellizos Armando y Roberto nacieron sin ninguna dificultad, crecieron en un entorno rodeado de amor y muy felices. Al año de nacer, Betty y Armando se casaron por la Iglesia. Doña Margarita y Don Roberto organizaron una gran boda donde hubo cientos de invitados. Don Hermes entrego muy orgulloso a Betty.

Armando se sorprendía como obedecían sin rechistar a Betty. Ella decía una sola palabra y los niños a pesar de ser pequeños dejaban lo que hacían y se comportaban correctamente.

Si los niños estaban haciendo alguna travesura, en el momento Betty decía algo, los niños automáticamente dejaban de hacerlo.

A Armando también le hacían caso, pero lo toreaban más, con Betty era isofacto, ella decía: "No hagáis eso." Y los niños paraban y se dedicaban a otra cosa.

A los cinco años de nacer Roberto y Armando nacieron las mellizas Camila y Julia. Fue un gran acontecimiento y una alegría para las dos familias.

Roberto y Armando se pusieron muy contentos cuando nacieron sus hermanas, en especial cuando vieron a Camila. Siempre hubo un vínculo muy fuerte entre ellos, también se llevaban muy bien con Julia, pero con Camila era más especial, por fin estaban los tres juntos, después de tanto tiempo. Claro que de eso ninguno se acordaba. Solo se veía la gran complicidad que había entre ellos.

Camila y Julia también formaron un vínculo muy fuerte y sus hermanos siempre las protegieron en el colegio, en el instituto y durante toda su vida.

Todos fueron muy felices.

FIN

Mujer con fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora