CAPITULO 8 LA REUNIÓN DE D. ROBERTO Y D. HERMES

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Sonó el teléfono en presidencia y Betty atendió la llamada.

B: ¡Alo! Presidencia de Ecomoda.

D.J: Hola mamita, ¿Cómo le fue en su luna de miel?

B: Hola mama, muy bien. Conocí el mar, es tan bonito, tan grande, inmensamente grande y con un olor a salitre maravilloso. Es divino y me bañe en el mar con Armando. Él me ha enseñado a nadar, paseamos en una chiva bailando con un conjunto de ballenato y nos llevaron por toda la ciudad de Cartagena.

D.J: Como me alegro Bettica de que haya disfrutado tanto, se lo merece mamita. ¿Le gusta su vida de casada?

B: Si mama, soy muy feliz, Armando es un amor conmigo, me consiente tanto, que creo que voy a explotar de felicidad. -Armando no puede dejar de sonreír al escuchar hablar a Betty, se ha vestido y esta vistiéndola a ella.-

A: Pásamela Betty.

B: Mama le paso a Armando, quier hablar con usted.

A: Hola Doña Julia. ¿Cómo se encuentra?

D.J: Bien mijo, muy emocionada por todo lo que me cuenta la niña. Cuídemela Armando, por favor.

A: Claro que si Doña Julia, tiene mi palabra. Le quería comentar que este Sábado, Betty va a ser presentada en sociedad en el Club, con una fiesta que les va a hacer mis papas. Le quería preguntar sí quiere venir, pues usted es su mama y debería estar con ella, también su papa, pero tal y como están las cosas, es mejor dejarlo todo así.

D.J: ¡Ay mijo! Yo ya lo sabía, su papa vino aquí a casa y nos lo explicó, pero el terco de mi marido no se vino a razones.

Armando sorprendido: ¿Mi papa estuvo ahí Doña Julia?

D.J: Si mijo, intento convencer a mi marido, de que era una necedad lo que estaba haciendo, que tenia una hija maravillosa, que era una muchacha recta, honesta, buena y que estaba cometiendo un gran error al dejarla de lado, sabiendo que se estaba muriendo, que después se arrepentiría y ya no abría solución. Pero él se encerró más en su terquedad y su papa se fue disgustado. Antes de marcharse le dijo que si no cesaba en su terquedad, que nunca podría despedirse de su hija porque la niña seria enterrada en el pabellón familiar de los Mendoza y jamás le permitirán poner un pie sobre ese santuario. Que lo pensase porque los hijos son sagrados y nosotros no somos sus dueños, que no son objetos, sino personas humanas y que Betty era una gran mujer, que sí él no la quería como hija, él la acogería con los brazos abiertos, que nunca le faltara una familia a ese ser tan especial que era su hija Beatriz. Y se marchó dando un portazo.

Armando sin salir de su asombro: ¿Doña Julia de verdad pasó todo eso?

D.J: Si mijo, a mi si me gustará ir a ese evento, estoy muy disgustada con la terquedad de Hermes, nunca lo he visto así.

A: Doña Julia mis papas pueden pasar a recogerla. No habrá ningún problema.

D.J: Gracias mijo, si él no quiere ir que no vaya, pero yo quiero estar al lado de mi hija, se ponga como se ponga mi marido. Cada vez lo soporto menos.

A: De acuerdo Doña Julia, mis papas pasaran a por usted. Miré tiene lápiz y papel.

D.J: Si Armando.

A: Apunte el número de teléfono de casa de mis padres y póngase en contacto con mi mama. Hay un regalo mio para usted y tiene que ir con mi mama a por él.

D.J: ¿Y no me lo puede enviar a casa?

A: No Doña Julia, es un traje para acudir a ese evento y se lo tiene que probar, sino le gusta puede elegir otro, mi mama sabrá aconsejarla. Recuerde que es un regalo mio, por ser la madre más buena de este mundo, que le dio la vida a mi preciosa y amada esposa.

Doña Julia estaba toda colorada y emocionada: Muchas gracias mijo.

A: No dude en venir o llamar siempre que quiera a Betty, yo sé que mi mujer le echa de menos.

D.J: Sé lo prometo, siempre que me pueda escapar, iré a ver a mi niña.

A: Hasta el fin de semana Doña Julia. -Se pone al teléfono Betty.-

B: ¿Mama vendrá al evento?

D.J: Claro que sí mija, no me lo perdería por nada del mundo. Tiene un marido fabuloso, como se nota que la ama.

B: Si mama, nos vemos el Sábado.

D.J: Hasta el Sábado mamita. -Cuelgan.-

B: Mi amor, mi mama te adora.

A: ¿De verdad?

B: Si mi amor.

A: Sabes que mi papa fue a hablar con el tuyo.

Betty sorprendida: ¿Qué? ¿Cómo a qué?

A: Quería que arreglase las cosas contigo, pero el muy terco se negó en redondo y mi padre se enfado mucho con él. Le dijo que si Don Hermes no te quería, que él y mi mama te adoptarían, que a ti no te iban a faltar padres.

Betty descolocada: ¿Tu papa le dijo eso al mío?

A: Si mi vida, y si mi padre lo dice, eso va a misa. Así pues ya es un echo consumado que eres su hija. Fue a invitarles al evento del Sábado.

B: Eso me pone muy nerviosa, no me gusta ser el centro de atención.

A: Pero eso es una consecuencia de haberte casado conmigo, con un hombre rico de la alta sociedad Santa ferreña.

B: Sabes que el estatus y el dinero no me importan.

A: Eso ya lo sé mi amor, pero no te preocupes, yo estaré a tu lado para darte mi apoyo y protegerte de todos. Vas a ser la sensación, vas a deslumbrarlos a todos con tu belleza interior y exterior, mi vida tu eres todo luz.

B: Adulador.

A: Tienes que llamar a Cata y quedar con ella, necesitas un traje especial para ese evento y esta preocupada por ti.

B: Luego la llamare. Voy a llamar a Nicolás y seguimos trabajando.

Betty sale del despacho y se va al de Nicolás. Armando llama a su mama y le dice que Doña Julia la llamará para ir con ella de compras, pues necesita un traje par el Sábado, que le aconseje ella y compre todo lo que le haga falta, que él se lo regala, también le cuenta todo lo que ha pasado con Marcela.

Nicolás, Betty y Armando se ponen al día, se van a comer y después tiene una reunión con Macro textil, se reúnen con Claudia Elena Vázquez porque se acerca la próxima colección y necesitan telas.

B: Armando al salir he quedado con las muchachas, pues les prometí almorzar con ellas y no he podido. Ellas están impacientes porque les cuente como ha sucedido todo. No quiero contarles que puedo morir. No sé como contarles lo nuestro.

A: Diles y además es cierto, que cuando te operaron, me asuste tanto, que me di cuenta de lo mucho que te amaba y que rompí mi compromiso con Marcela y enseguida quise casarme contigo, no fuera que alguien se me adelantase y te robara de mi lado.

B: ¿De verdad pensaste eso Armando?

A: Me asuste mucho y no quería perderte por nada de este mundo. Solo se, que pensé, que si tu no estabas, yo quería morir contigo. No me imaginaba un mundo sin ti y sigo sin imaginármelo.

B: Te amo Armando Mendoza.

A: Y yo a ti, también te amo. -se besan.- Pues yo aprovechare para hablar con Calderón, esta muy enfadado conmigo porque me casé y no le dije nada, no le hice participe de todo lo que ha acontecido y esta bravo conmigo.

Mujer con fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora