•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 5}

»El reencuentro«

¡Hola! Solo quería recibirl@s, acá se pueden reportar jajsj. Gracias por aguantar la espera a los que tuvieron que hacerlo, no sé si serán muchos o pocos pero gracias.

También que disculpen si los guiones están mal, no sé por qué últimamente wattpad me está corrigiendo solo los guiones largos (—) por cortos (-). En cuanto entro a un capítulo ya están así.

Ah, y les comento que.. me pasé con lo que acostumbro de palabras jajsjs, pero ojalá les agrade.

7.697 palabras..

Y les recomiendo que hagan que el capítulo les dure, aunque sea un poco.

Bueno, sin más, empiecen a leer:

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—Bien, entonces me voy. Gracias mamá —le agradecí a mi madre mientras acomodaba mi bolso en mis hombros. Aquel encantamiento de extensión indetectable había resultado un tanto difícil de lograr de parte de ella, pero al final habíamos logrado empacar todo juntas. Lástima que no había sido como me hubiera gustado.

—Claro ¿Llevas todo? —respondió acomodándose el cabello, pues estaba un tanto desalineado.

—Sí, eso creo.

—Cuídate, y vuelve en cuanto quieras si es que lo necesitas. Ojalá Neville y tú estén bien.

—Gracias.. —exclamé, y estuve a punto de irme, sin embargo me quedé un momento. No estaba segura de irme aún, no sin intentarlo una vez más.

—.. ¿Qué ocurre?

—Mamá.. —me quede viéndola unos segundos, con una chispa de esperanza a la idea de que ella finalmente me creyera, y abriera los ojos.

—Josephine.

—... ¿No puedes entrar en razón? —me refería, por supuesto al tema más divulgado últimamente en el mundo mágico, y resultaba especialmente delicado.

—Sé que creo lo que creo porque tengo uso de razón. No puedo creer en.. disparates.

—"Disparates" asegurados por Harry Potter —le insistí.

—Disparates inventados por un niño de 14 años que busca llamar la atención, mejor dicho —quiso corregirme, pero yo sabía que no era así, que no era como a ella se lo habían hecho ver.

—Un muchacho de casi 15 años que es mi amigo —mantenía un tono calmado pero presente. Simplemente quería que ella pudiera aceptar lo que Harry decía, y que dejara de estar tan cegada por el miedo, al igual que papá.

Si hablábamos de opiniones, el abuelo claramente estaba convencido de que lo que Harry decía era verdad, por más que no quería ponerse en contra de mis padres. No fue más que en una sola ocasión, que él los contradijo directamente, esto porque creía que ya se habían pasado de la raya, sin embargo no había logrado mucho.

Suspiré tras bajar la mirada de los ojos de mi familiar, perdiendo lo que me quedaba de ilusión.

—No me vas a creer ¿Cierto?

—... Cuídate, hija.

—Adiós, mamá —acabé por despedirme, y me acerqué para darle un fuerte abrazo. Ya junto a su oído tan solo pude decirle lo que más quería expresarle en ese momento—. Te quiero.